Esaú Diéguez, el guatemalteco en la esquina del campeón Crawford y en la histórica noche de Léster Martínez. Foto La Hora: Redes Sociales.
Esaú Diéguez, el guatemalteco en la esquina del campeón Crawford y en la histórica noche de Léster Martínez. Foto La Hora: Redes Sociales.

El boxeo guatemalteco vivió este fin de semana una jornada doblemente memorable en Las Vegas. Mientras Terence Crawford se consagraba como campeón indiscutido en una tercera categoría al vencer a Saúl “Canelo” Álvarez, en el Allegiant Stadium otro nombre hacía historia: Léster Martínez, el púgil petenero que firmó un empate contra el invicto francés Christian Mbilli, uno de los supermedianos más temidos del momento.

Ambos capítulos, distintos, pero entrelazados, llevan la huella de un mismo hombre: Esaú “Easy” Diéguez, el entrenador guatemalteco que desde Omaha ha sido pieza clave en la transformación de Crawford en uno de los mejores libra por libra del planeta y que, junto a Héctor Arriola, también ha guiado a Martínez en su salto al escaparate mundial.

Martínez y Mbilli firman tablas en Las Vegas y Guatemala celebra un paso histórico

DE HUEHUETENANGO A LA CIMA DEL BOXEO

Nacido en Huehuetenango, Diéguez emigró a Estados Unidos en los años noventa con el sueño de triunfar como boxeador. La vida le cerró esa puerta a base de derrotas y trabajos en plantas procesadoras de carne, pero le abrió otra inesperada. La de convertirse en entrenador.

En Omaha conoció a Brian “Bo” McIntyre, entonces un púgil en declive. Juntos levantaron un gimnasio comunitario para jóvenes y allí apareció un adolescente que cambiaría sus destinos: Terence Crawford. Dos décadas después, ese muchacho es triple campeón indiscutido y uno de los boxeadores más respetados de su generación.

Crawford lo recuerda como sparring en sus años juveniles y hoy lo define como una de las mentes que sostienen su carrera. “Mis coentrenadores Esaú Diéguez y Brian McIntyre son inmejorables para mí; ellos me dan la fórmula para entrar ahí y ganar”, dijo el estadounidense en una entrevista para Los Angeles Times en 2023.

Terence Crawford junto a Esaú Diéguez, a su derecha, tras la competencia del sábado por la noche. Foto La Hora: Redes sociales.
Terence Crawford junto a Esaú Diéguez, a su derecha, tras la competencia del sábado por la noche. Foto La Hora: Redes sociales.
NOCHE INOLVIDABLE PARA GUATEMALA

Mientras Crawford celebraba su tercer cetro indiscutido, en la misma velada otro guatemalteco conquistaba el respeto de la crítica. Léster Martínez, invicto hasta entonces, empató contra Christian Mbilli tras diez asaltos de furia. El resultado, aunque no le otorgó la victoria, fue celebrado como un hito nacional. Nunca antes un boxeador guatemalteco había llegado tan lejos en una cartelera de esta magnitud.

Martínez se preparó para ese reto bajo la dirección de Diéguez y Arriola, quienes le brindaron acceso a los campamentos de Crawford.

Lestér Martínez junto a Esaú Diéguez antes de entrar a la pelea. Foto La Hora: Redes Sociales.
Lestér Martínez junto a Esaú Diéguez antes de entrar a la pelea. Foto La Hora: Redes Sociales.
EL PUENTE ENTRE DOS HISTORIAS

En la esquina de Crawford o acompañando a Martínez, el rol de Diéguez se multiplica. Es quien pule combinaciones, diseña rutinas y enseña la disciplina de un deporte donde la gloria suele ser esquiva.

“Yo vengo de un pueblo muy pequeño que nunca pensé llegar lejos, pero Dios ha sido muy grande, ha exagerado en bendecirme”, mencionó en dicha entrevista.

El sábado en Las Vegas no solo se consolidó la leyenda de Crawford, también se abrió una ventana para Guatemala. Y en ambas esquinas, silencioso, pero decisivo, estaba Esaú Diéguez, el hombre que un día soñó con ser campeón y terminó forjando a dos de los nombres más brillantes del boxeo actual.

“Arriba Guate, lo vamos a lograr”: las primeras palabras de Lester Martínez tras su histórica pelea en Las Vegas

Diego España
Periodista en la sección de Investigación de La Hora, especializado en el sector justicia, política y derechos humanos. Antes cubrió la fuente del Organismo Judicial. Se formó en Periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala y cursa una maestría en Comunicación, Gobierno y Gestión Pública. Fue becario de la International Women's Media Foundation (IWMF) y los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP).
Artículo anteriorLa impunidad se afianza: 9 de cada 10 agresiones contra periodistas en Guatemala quedan sin denuncia, según informe
Artículo siguienteCae en Quiché el extraditable número 25 del año, reclamado por narcotráfico en EE. UU.