La imagen de Carlo Acutis, el beato conocido como ‘el influencer de Dios’, fallecido en 2006 con solo 15 años, y que este domingo se convertirá en el primer santo milenial de la historia, «ilumina» desde hace meses la basílica de la Mercè de Barcelona, donde ya cuenta con devotos, especialmente entre los más jóvenes.
Su mochila a la espalda, su cabello negro, su distintiva camiseta roja y su móvil, siempre cerca, como cualquier adolescente de su generación, llaman la atención de los fieles de la basílica de la capital catalana, conozcan o no su historia particular y su vínculo con Barcelona.
La imagen, de algo más de 50 centímetros, llegó a la basílica de la mano del padre Fermín y de Mónica Padrol, miembro del consejo de pastoral y Economía de la Mare de Déu de la Mercè de Barcelona, quienes la encontraron en un puesto de santos durante una peregrinación a Fátima (Portugal) hace dos años.
En conversación con EFE, Padrol asegura no saber si «fue casualidad» el fijarse en Acutis, con su estética contemporánea, sin túnicas, o bien si fue el propio joven el que «les encontró» en aquel viaje.
Decidieron transportar a Barcelona su imagen -«tuvimos que comprar una maleta más grande porque no nos cabía en el trolley que llevábamos»- y, tras el visto bueno del Arzobispado de Barcelona, la pudieron colocar en uno de los altares de la basílica que preside la Mare de Déu de la Mercè.
También fue en este templo donde se proyectó por primera vez en España un documental sobre la vida del joven, un hecho que llegó a oídos de la madre del propio Carlo, quien, en agradecimiento, les hizo llegar un mechón de cabello, reliquia del futuro santo y que también se encuentra en esa iglesia.
UNA OPORTUNIDAD PARA ACERCARSE A LOS JÓVENES
Tanto Padrol como el padre Josep Maria Blanquet, responsable de la Oficina de las causas de los santos del Arzobispado de Barcelona, coinciden en destacar a EFE la oportunidad de que la canonización de alguien tan joven sea un revulsivo para conseguir alimentar el espíritu de las personas de más corta edad.
«Es un joven tan de este tiempo que es un testimonio que hay que aprovechar para la juventud de hoy, que necesita de referentes», apunta el padre, quien destaca que Carlo «desde muy pequeño» se mostró como «un niño muy religioso, con afición a la Eucaristía y devoción a la Virgen y a Francisco de Asís».
Blanquet añade que además su caso «llama mucho la atención» porque «sufrió mucho» por la leucemia que le quitó la vida con 15 años, un dolor que «ofreció» a la Iglesia y al fallecido Papa Francisco, cuya muerte retrasó la canonización de Acutis de abril a septiembre.
«Carlo tenía un carisma especial, ayudaba a los pobres, hacía páginas web sobre la fe. Ha conseguido meterse en el corazón de los jóvenes que se sienten identificados con su figura», señala Padrol.
El responsable de la oficina de santos del arzobispado barcelonés subraya asimismo lo «rápido» del proceso de canonización de Acutis, un proceso que suele llevar décadas, pero que en este caso arrancó en 2013 y culminará, si Dios quiere, este domingo.
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