Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

¿Qué se entiende por política pública?, ésta bien podría ser la primera pregunta que el amable lector se hiciera al leer el titular de este comentario. Pues debo decirle que hay muchas definiciones pero, la que me ha parecido más completa es la siguiente: “El conjunto de sucesivas respuestas del Estado ante situaciones problemáticas de una sociedad”. Es conjunto, porque la mayoría de veces no contempla una sola política, por lo general abarca un conjunto de ellas que pueden dar de manera inmediata o secuencial la solución a uno o más problemas que la población esté enfrentando. La política pública debe tener obligatoriamente metas u objetivos y para alcanzarlos, debe basarse siempre en normas y valores.

Como ejemplo está reducir el número de accidentes viales, que no solo se logra obligando aisladamente a los conductores a reducir la velocidad para conducir sus vehículos, sino la política pública debe contemplar la gama de causas que los provocan, incluyendo la variedad de condiciones y actos peligrosos. Y hablo de accidentes viales, porque cada día ocupan más espacios en los medios de comunicación social las noticias que conllevan sinnúmero de consecuencias que provocan, incluyendo pérdidas de valiosas vidas, lesiones físicas, muchas de ellas permanentes y daños y perjuicios de un monto inconmensurable.

A todos consta que de tiempo en tiempo surgen diversas opiniones de la población exigiendo qué debiera de hacerse, desde poner túmulos cada cincuenta metros en las calles, avenidas y carreteras; colocar pasarelas por todas partes; que los motoristas usen su casco, chaleco y no lleven más de un pasajero; que los peatones forzosamente usen las pasarelas; que si se bebe no debiera manejarse un vehículo automotor o que a algún diputado se le ocurra prohibir draconianamente el uso en vehículos de lámparas LED. Todas, alguna o ninguna de las medidas antes dichas podrían formar parte de la política pública para reducir accidentes viales pero ¿qué hacer para que toda la población, de manera ordenada y metódica pueda recibir una práctica orientación del camino a seguir y tomar las acciones necesarias para evitarlos?

Lo mismo ocurre con la salud pública sin que hasta la fecha se haya podido llevar a cabo eficazmente en todo el país la atención en el primer nivel. Solo con políticas públicas bien y organizadamente concebidas vamos a poder llegar al lugar que andamos buscando y no que aisladamente cada quien vaya a seguir tomando la ruta que mejor le plazca causando con ello el no utilizar racionalmente los recursos. El desorden debe acabar, no podemos seguir equivocadamente la costumbre de dejar hacer y dejar pasar, logrando con ello solo atiborrar los hospitales y los camposantos.

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