Mucho se ha hablado durante los últimos meses sobre la capacidad que mostró la sociedad guatemalteca para unirse en contra de la corrupción, de los abusos y excesos que la administración política decidió mostrar con desfachatez mientras los problemas de nuestro país se profundizaban porque la atención de los grupos de poder estaba centrada, como siempre, en hacer negocios.

Sin entrar a calificar sobre quiénes y cómo se obtuvieron los resultados que terminaron con un gobierno y cambiaron el rumbo de una elección, creemos que ese ejemplo de entusiasmo ciudadano debe ser utilizado ahora para que no vayamos a dejar que pasen dos cosas que podrían ser, igualmente, terribles tras los hechos terroristas que por medio del ataque del bus ayer por la mañana o con los hallazgos de cuerpos mutilados en Mixco hemos tenido que vivir.

La primera, sería que quienes han optado por utilizar restos de personas humanas y usuarios de transporte como blanco para hacer sus prácticas del terrorismo, generen en la sociedad y en las autoridades un temor tan grande que se pare cediendo poco a poco ante sus intereses en lo que, evidentemente, es una guerra contra irracionales que a cualquier costa quieren ganar.

La segunda opción puede ser tan dañina y es el olvido. Recordemos que en Guatemala, mientras las víctimas sean dentro de un bus, simplemente son un número; mientras el blanco del ataque sean los ciudadanos de algún poblado, municipio o incluso zona capitalina alejada del centro de gestión económica y política del país, muy pocas veces es prioridad de todo el resto de ciudadanos.

Y creemos que todo esto es tan negativo en un extremo como en el otro, porque evidentemente terminarían siendo los ganadores estos desalmados que nos habrían convertido en inoperantes ciudadanos ante un reto que al día de hoy es impostergable en la búsqueda de los culpables.

Con un caso como éste, las autoridades del Ministerio Público enfrentan condiciones distintas a las de los casos con que han ganado confianza dentro de la población y será la coordinación con el Ministerio de Gobernación y demás autoridades lo que podrá dar con los responsables.

Ya no podemos seguir, como guatemaltecos, viviendo en las prácticas de la violencia que tantas vidas nos han costado, que mucho nos han dividido y tanto nos han callado. Recordemos la forma en que tantas veces y de muchas maneras se han utilizado todos estos distractores también mientras otras “duras” decisiones son tomadas a la espalda de la ciudadanía. Es momento de estar unidos en el rechazo al terrorismo y de mantenernos observantes.

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