El presidente Bernardo Arévalo de León, en su administración ha querido romper los paradigmas y la corrupción; es diferente a sus antecesores que coaccionaban y erogaban millones a sus opositores para que sus gobiernos discurrieran en un “aparente beneficio” a salir avantes en su gestión, lo que originó críticas de opositores y de la población que no compaginaba con la corrupción que ha sido un mal endémico por años, ha mantenido en retroceso al país que regímenes e instituciones de prestigio a nivel internacional, han dictado severas sanciones e imputaciones con funcionarios y grupos que se plegaron a acciones espurias y políticas que han perjudicado que el país salga del pantano inmundo que en el pasado dirigieron los organismos del Estado.
Arévalo intenta tener una hoja de vida de sus progenitores que sentaron cátedra de honradez, capacidad, disciplina que ha armonizado con entes internacionales para demostrar que Guatemala, no es el país que corrompieron los que le antecedieron y eso le ha valido un marginamiento en los organismos que conforman el Estado de Guatemala, una batalla que es imposible de derrumbarla en cuatro años de gestión.
Los antecedentes están a la vista con un Ministerio Público, con acciones espurias y políticas que mantiene un marcado distanciamiento con los que dirigen el Ejecutivo.
El año que viene será de controversias y serios conflictos. Los diputados de la X legislatura que en 2 períodos al hilo ha comandado Nery Ramos, han demostrado no sólo incapacidad, alto perfil de irresponsabilidad y no ha cumplido con el mandato constitucional que sus representantes son signatarios de la nación, demostrar capacidad, honradez y decencia, y cumplir fielmente con el mandato que el pueblo les delegó.
Ahora tiene que discutir en su segundo período, el presupuesto general de la nación del año entrante, será de conflictos y discusiones, por ser preelectoral y el tercero de gestión de Arévalo, que intenta cumplir con lo que prometió en su campaña, lo que se ve cuesta arriba en razón que los bloques legislativos no armonizan, están en conflicto de liderazgo y cada uno lucha por lograr beneficios, hacer imputaciones espurias contra los funcionarios que no se asocian con acciones que contravienen no solo la Constitución, sino la misma ley de la máxima representación nacional.
La carta magna le da exagerada libertad a los máximos representantes del pueblo que abusan de esa confianza y deben conocer que el presupuesto general de gastos de la nación es y debe ser aprobado previa discusión con algunas modificaciones para resolver la grave crisis que sufre la red vial abandonada por los gobiernos pasados, que se debe incrementar el presupuesto para el ramo de salud, educación y otras entidades que tratan sin lograr, auxiliar a los guatemaltecos que viven extrema pobreza, ahora se enfrentan a ser expulsados por la administración estadounidense.
El presupuesto del presente año fiscal se aprobó sin mayor discusión, con la consigna que 86 diputados aprobaron ilegalmente un incremento salarial que ha recibido el rechazo del pueblo. Se espera que ahora actúen con sentido común, que será un reto de grandes dimensiones, que ahora afronta Arévalo, un conflicto más, con la división de su bancada, dividida y que no logra armonizar ha demostrado incapacidad y poco liderazgo, ha perjudicado al gobierno que trata de darle vida a su administración, ha tenido una manifiesta oposición sistemática en los entes estatales que no armonizan y cada uno quiere hacer lo que la ley no les permite.