Parece que a los seres humanos nos cuesta identificar nuestras prioridades cuando ya hemos satisfecho comida, salud y techo. Así el gobierno actual parece tener problemas en sentar prioridades dentro de un caótico ambiente que siembran los golpistas. Para el gobierno anterior de Giammattei la prioridad fue sencilla: Robar. Él y sus ministros, su amante, todos se dedicaron a robar descaradamente. Lo mismo con el gobierno anterior del payaso, lo mismo con el anterior y el anterior. Así, si tenemos algo que agradecer es que el gobierno actual es de gente honesta. No se puede comparar el gobierno de Arévalo con un ladrón, maniático, psicótico, manipulador compulsivo que compró al sistema de justicia que a la fecha lo cuida, son incomparables o como decía Arquímedes: Inconmensurables. Esos gobiernos tenían prioridades claras: Robar.

Un gobierno democrático enfrenta increíbles retos para realizar sus objetivos. El primero, es la cooptación del Estado. El segundo, la capacidad de sus cuadros dirigenciales. El tercero, la dificultad de establecer prioridades en un país donde ya todo está roto. Cuarto, el más difícil, una ciudadanía que ya perdió la esperanza de un cambio. Todos estos obstáculos no son propiedad de Guatemala, realmente es un fenómeno mundial. La crisis de la democracia es un fenómeno mundial como lo demuestran los gobiernos autoritarios de nuestros vecinos del norte y del sur. Pero la crisis no es solamente de la democracia. Es una crisis existencial, un cambio civilizatorio.

Aún dentro de este caótico ambiente nacional e internacional, aún dentro del constante ataque que los golpistas le hacen a un gobierno democrático hay que sentar prioridades y lograr el cumplimiento de objetivos. La metodología puede ser variada. Actualmente hay toda una tendencia de escribir planes, planes estratégicos, planes operativos al extremo que emergen los profesionales de la planificación. Yo en particular difiero de esta visión militar de planificar el futuro porque es una herramienta que se ha convertido en aburrida y rutinaria donde se plantea primero una supuesta visión y una misión para luego iniciar con sus supuestas líneas estratégicas, que al final terminan planificando lo rutinario, lo intrascendental, lo trivial.

Tome el caso de la Universidad de San Carlos, USAC y su plan estratégico 2030. Este bello documento es un poema a la docencia, a la investigación, a la extensión, a un gobierno democrático, un montón de palabras vacías que no tienen correlato real en una universidad cooptada. En docencia no se identifican los problemas básicos a resolver: Una eficiencia terminal de los programas de licenciatura bajísima, en derecho 4% o sea solamente 4 de cada 100 estudiantes se gradúan en el tiempo que dice el currículo. En ingeniería civil 9%, solamente 9 de cada 100 se gradúan en el tiempo que dice el currículo. El índice de ingreso es bajísimo, apenas llega al 12%, o sea, solamente 12 de cada 100 de los que desean estudiar en la USAC ingresan. Es un sistema no solamente ineficiente si no elitista. La investigación científica casi es nula a juzgar por el poco financiamiento que se le otorga a la investigación real, no a la burocracia, y a juzgar por publicaciones indexadas de los investigadores de la USAC: Bajísimas.

El plan estratégico USAC 2030 no toca los problemas reales de la universidad pública guatemalteca, no le interesa tocarlos. Lo que si hacen es generar misión y visión para cada unidad académica. Ya la misión de la USAC está claramente definida en la Constitución de la República en el Artículo 82. Pero no, se ponen a hacer misiones de cada una de las más de 40 unidades académicas de la USAC, facultades, escuelas no facultativas, centros universitarios, institutos y a veces dentro de cada una. ¡Imagínese eso! Hacen y repiten el ejercicio de hacer misión y visión de más de cuarenta unidades académicas en lugar de invertir esos recursos en resolver los problemas reales de la educación pública superior guatemalteca, de apoyar en la solución de problemas del país y de realmente tener un gobierno democrático y no un gobierno universitario manipulado y manipulador que en el fondo se sostiene del fraude y de la corrupción, de la incapacidad y el amiguismo, de la ausencia de entrega de cuentas verdaderas.

Mi opinión negativa sobre estos sistemas de planificación estratégica nace de que estos profesionales se ponen a escribir visiones y misiones de instituciones que conocen poco. Como algunos antiguos cartógrafos, construyen mapas de lugares que nunca han visitado. Pero, en fin, cualquiera que sea la metodología, imaginar el futuro siempre es una tarea compleja. Quizá la incertidumbre sobre el futuro ha sido la mayor angustia del ser humano. Lo cierto es que hay que sentar prioridades de alguna forma y resolver los problemas más urgentes, unos y más importantes, otros. Así, a este país le urge que un grupo de guatemaltecos replanteen el futuro y de una vez por todas resuelvan problemas urgentes como el de la desnutrición y planteen la solución de problemas que solamente se resuelven a largo plazo, pero que hay que empezar a resolver.

Una de las complejidades de sentar prioridades es que los problemas sociales no son problemas aislados, están interconectados, son problemáticas. Por ejemplo, la desnutrición no solamente es un problema de alimentos, sino un problema de ausencia de trabajo digno, esto es, trabajo productivo, disponibilidad de tierra, capacidad para trabajar: al final es un problema básico de tenencia de la tierra y de educación. A la vez, la producción de alimentos depende de la disponibilidad de agua. Cuando un país tiene sus fuentes de aguas y ríos contaminados en un 90%, esto ya de por si es un enorme problema. Y si a eso le agregamos que los grandes monocultivos y mineras se han dedicado a desviar ríos, dejar a comunidades enteras sin agua, la complejidad aumenta. Este enorme problema social del agua requiere atención y el gobierno actual se lo ha dado.

Quizá lo que hay que plantear en un sistema tan complejo como la sociedad guatemalteca es atender lo macro para luego atender lo micro. Así, la desnutrición es urgente y debe atenderse inmediatamente. Paralelamente la producción de alimentos requiere un plan que nace en la educación técnica, la abandonada educación técnica. Sin duda que la contaminación del agua, la contaminación en general es grave. Sin embargo, no se puede estar haciendo estudios de impacto ambiental micro, para qué, si dichos estudios no tienen carácter predictivo, si no existe una entidad que les dé seguimiento y peor aún, si muchos de estos estudios son el resultado de la corrupción porque simplemente dicen que se hicieron los estudios, pero no los hacen.

En resumidas cuentas, hay que sentar prioridades y buscar formas de tener impacto real, no solamente de aparentar que se tienen impactos. Este gobierno aún puede cambiarle la dirección al buque llamado Guatemala. No hace falta un giro de 180 grados, no. Es suficiente cambiar en unos cuantos grados para no colapsar con el icberg metafórico llamado corrupción e incapacidad. Hagámoslo ahora porque si no es ahora, no será nunca.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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