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En varias columnas de opinión he recalcado la tendencia, cada vez mayor en el país, a normalizar lo ANORMAL. Eso no puede continuar y es responsabilidad nuestra, como ciudadanos, no permitírnoslo ni permitirlo a las autoridades.

¿Qué es ANORMAL?

Que exfuncionarios que han sido acusados de corrupción y que han amasado inmensas fortunas, presuntamente de forma ilícita, salgan libres por “falta de pruebas” que no proporcionó un Ministerio Público indolente y que encima de todo recuperen sus bienes, otra vez, presuntamente mal habidos.

Que los trayectos en las carreteras de nuestro país demoren varias horas más (a veces hasta el triple de tiempo) del que normalmente tomaría, porque los gobiernos (incluyendo este) dejaron de hacer su trabajo ya hace mucho tiempo y se han dedicado de lleno a buscar más sobra que obra en la ejecución de obra pública.  Y los que dicen ser honestos no ejecutan nada.

Que los funcionarios públicos, incluyendo al presidente, la vicepresidenta, diputados y personeros del MP se transporten muy cómodamente en helicóptero, claro, pagados con nuestros impuestos, para evitar congestionamientos, mientras que a los ciudadanos nos toma el doble, triple o tal vez hasta el cuádruple de tiempo transitar por carretera porque los funcionarios que viajan en helicóptero son parte del problema y no de la solución.

Que una persona tenga qué salir de su casa a las 4 de la madrugada para llegar al trabajo (a dormir dentro de su vehículo) sólo porque, en la capital y en los municipios aledaños, hemos tenido alcaldes totalmente ineptos e incapaces, que no han podido implementar sistemas de transporte masivo rápidos, eficientes y seguros para sus vecinos. En ciudades y municipios aledaños como Quetzaltenango, Retalhuleu y Mazatenango ya se experimentan congestionamientos importantes ante la pasividad de sus corporaciones municipales.

Que un barco tenga que esperar hasta 100 días en Puerto Quetzal para que pueda ser atracado; y que, sólo de granos básicos (maíz, trigo, arroz, harina de soya), hay aproximadamente 800 mil toneladas métricas (entre un tercio y la mitad de las importaciones de todo un año) en “fondeo” esperando atraque y que el presidente y sus ministros de Comunicaciones y de Agricultura permanezcan indolentes ante semejante problema, salvo sus frívolos y sosos discursos en la superficial y desabrida ronda.

Que funcionarios prepotentes abusen de su autoridad utilizando sus vehículos (pagados con nuestros impuestos) para transitar a toda velocidad sin respetar altos, semáforos o carriles exclusivos para transporte público, únicamente porque, por ser ministros, secretarios, jueces, diputados, fiscales o alcaldes, se sienten muy por encima de la ley.

Todo lo anterior es ANORMAL, y es algo que nadie, estimado lector, debería tolerar.

Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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