Buenos Aires/Roma
DPA

El Papa Francisco recibió hoy al presidente argentino, Mauricio Macri, en un encuentro que duró 22 minutos y se realizó en la Biblioteca del Palacio Apostólico en Roma.

«Se habló de narcotráfico y de pobreza», expresó Macri en una conferencia de prensa al finalizar la reunión. El Vaticano, por su parte, informó en un comunicado que también fueron analizadas cuestiones vinculadas al «desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la justicia, la paz y la reconciliación social» en la Argentina.

El pontífice y Macri se reunieron por primera vez desde el cambio de Gobierno en Argentina, ocurrido el 10 de diciembre último.

Francisco conoce al mandatario desde hace varios años, porque el argentino Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires cuando el ahora presidente ejercía como jefe de Gobierno porteño. La relación atravesó diversos momentos de tensión, como cuando la ciudad de Buenos Aires aprobó el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo.

Los analistas políticos llamaron la atención por el tiempo que demoró el saludo de Francisco a Macri tras su llegada a la presidencia, en lo que consideraron podría ser un signo de cierta tensión. Pero el mandatario buscó alejar estas interpretaciones con la visita al papa.

Al respecto, el Vaticano destacó en un comunicado que «los cordiales coloquios» entre Francisco y Macri «manifiestan el buen estado de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la República Argentina».

Macri se retiró «muy contento» por el encuentro «entre dos viejos conocidos porteños que ahora vuelven a verse en una situación diferente», comentó a la prensa.

El jefe de Estado argentino estuvo acompañado por una comitiva que integraron la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la primera dama, Juliana Awada, y tres gobernadores provinciales: Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Juan Mauel Urtubey (Salta).

El mandatario dijo que invitó a Francisco a que visite la Argentina este año, pero el pontífice adujo que su «agenda no lo permite» y que lo hará «lo antes posible».

Francisco y Macri coincidieron, según el jefe de Estado, en «restablecer relaciones con el mundo, ser creíble y confiable».

En tal sentido, el jefe de Estado argentino ofreció al papa recibir en el país a refugiados sirios que llegan a Europa escapando del conflicto bélico que allí sucede.

Como parte del intercambio de regalos, Francisco obsequió a Macri un nuevo medallón del Vaticano decorado con un olivo, que simboliza la unidad, la exhortación apostólica «Evangelii Gaudium» y la encíclica «Laudato si'».

«El olivo une lo que está separado», explicó el pontífice, y agregó: «A los jefes de Estado me gusta regalarles esto».

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