Luego de que la Corte Suprema de Brasil dictara este viernes medidas cautelares en contra del expresidente Jair Bolsonaro, el primer secretario estadounidense, Marco Rubio, indicó que la administración de Trump “hará que los ciudadanos extranjeros responsables de censurar la libertad de expresión rindan cuentas”.
Por medio de una publicación de la red social X, Rubio indicó que Estados Unidos protege principalmente la libertad de expresión, haciendo referencia a las medidas impuestas como el uso de tobillera electrónica y la prohibición de acceder a sus redes sociales.
“La cacería política del juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, contra Jair Bolsonaro ha creado un complejo de persecución y censura” indicó el secretario en la publicación.
.@POTUS made clear that his administration will hold accountable foreign nationals who are responsible for censorship of protected expression in the United States. Brazilian Supreme Federal Court Justice Alexandre de Moraes’s political witch hunt against Jair Bolsonaro created a…
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) July 18, 2025
Rubio también señaló que dicha decisión “no solo viola los derechos fundamentales de los brasileños, sino que también se extiende más allá de las fronteras de Brasil para atacar a ciudadanos estadounidenses”.
Además, según EFE, el secretario ordenó la revocación del visado al juez brasileño, Alexandre de Moraes, junto con el de su familia y sus «aliados», por realizar una «caza de brujas» contra el expresidente Jair Bolsonaro.
LAS MEDIDAS CONTRA BOLSONARO
Según la agencia de noticias EFE, indicó que medios locales informaron que Bolsonaro fue procesado por golpismo y que también se le prohibió acercarse a embajadas, comunicarse con diplomáticos extranjeros, así como con otros investigados o procesados en el caso por golpismo.
Según indicó EFE el expresidente fue objeto de registros por parte de la Policía Federal, que allanó domicilios vinculados al exmandatario, quien afronta un juicio en el Supremo por supuestamente liderar una conspiración golpista contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Uno de los registros tuvo lugar en su domicilio de Brasilia y el otro en la sede del Partido Liberal (PL), formación que lidera el capitán retirado del Ejército, según la emisora Globonews.
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