La educación, esta práctica social cuyo fin es el aprendizaje, se encuentra en una permanente crisis. A juzgar por los resultados de los exámenes de los graduandos del 2024, donde apenas el 13% ganaron el examen de matemática, hay una crisis de aprendizaje. De hecho, 87% de los estudiantes no saben matemática. ¡Qué barbaridad! Pero lo peor es que el examen de los profesores indica que apenas la mitad de ellos lo pasan. Los estudiantes no pueden creer que ½ es igual a 0.5, no pueden sumar ¼ + ¾, que es 1, menos pueden sumar ½ +  ¾, que es 5/4, esta ya son fracciones muy complicadas para ellos, no para los chinos, no para los de Singapur, no para otros países de la región. No saben multiplicar, no saben dividir, no saben álgebra elemental, no pueden hacer estimaciones numéricas sencillas, no pueden realizar mediciones elementales, no, en realidad no tienen razonamiento crítico matemático, no. No tienen. 

Paralelamente, su capacidad de lectura es mala, no comprenden lo que leen. De los casi 150,000 estudiantes que el Ministerio de Educación evaluó previo a su graduación en el 2024, realmente graduados, apenas el 35% mostraron capacidad de lectura, no excelente, pero entendían. Sin embargo, un 65% fue insatisfactorio. Tampoco aprenden a leer correctamente, o sea, no tienen la capacidad de entender lo que leen, no pueden entender el texto, menos pueden leer entre líneas y aún menos son capaces de opinar sobre el fundamento de su lectura, diferenciar opiniones de hechos, tener razonamiento crítico. No tienen.  La mayoría de sus maestros tampoco. 

Mientras tanto, en la Plaza Central de Ciudad de Guatemala y ahora en las carreteras del país, se observan a supuestos maestros en huelga, una huelga sin razón y sin sentido, sino simplemente un pulso político entre diferentes facciones políticas guatemaltecas. Por un lado, un sindicato de maestros totalmente extraviado, alejado de sus funciones verdaderas, manejado al sabor y antojo de un manipulador compulsivo, Joviel Acevedo, que fue construido por gobiernos corruptos anteriores, desde Portillo, Berger, Colom, Pérez, Morales y Giammatei. Berger intentó sacarlo con su ministra de educación, María del Carmen Aceña, pero fue Colom, realmente Sandra Torres y el ministro de entonces, Bienvenido Argueta, quienes lo resucitaron y le entregaron la educación pública guatemalteca. ¿A cambio de qué? Ellos y sus conciencias sabrán.

Por otro lado, el gobierno de la república del presidente Bernardo Arévalo y la ministra de educación, Anabella Giracca, han hecho un enorme esfuerzo al poner en su lugar a este rufián de Acevedo y a sus maleantes compañeros que de maestros no tienen nada.  Ha sido un importante precedente lo que el gobierno actual está haciendo: Poniendo límites y haciendo que se cumpla la ley. A pesar de que el sistema de justicia está defendiendo a este corrupto de Acevedo, el ministerio ha avanzado una acción que ningún gobierno anterior se ha atrevido a realizar. Solamente falta la estocada final, falta el golpe letal, falta proceder al desalojo de la Plaza Central, falta proceder con la captura de los maleantes que han tomado las carreteras, falta expulsar a los disque maestros en huelga, porque la huelga no solamente es ilegal, es ilegítima, es anti ética, es inmoral, es un ataque al futuro de los estudiantes de la educación pública guatemalteca. Pero no lo han hecho. Ojalá lo hagan pronto, pronto. 

Pero a pesar del enorme problema que significa tener una huelga desde mayo, a pesar de tener un sindicato cooptado, a pesar de tener escuelas semidestruidas que afortunadamente en este gobierno se están remozando., aparte de tener un programa de refacción escolar sin una visión clara del para qué y menos del cómo, porque hacen cocinar a las madres de familia sin cocina y en condiciones paupérrimas en la mayoría de las escuelas, a pesar de eso, ni Joviel, ni la infraestructura escolar, ni las ausentes cocinas son el verdadero problema de la educación. El verdadero problema de la educación es la ausencia de aprendizajes pertinentes, en matemática, en comprensión lectora, en el entendimiento de la sociedad, en entendimiento de la naturaleza, en la comprensión del ciclo del agua, fundamentalmente en la ausencia de educación técnica, en estas áreas y en el resto de materias escolares los aprendizajes son pésimos en las escuelas públicas guatemaltecas. 

El verdadero problema es que los niños y niñas de las escuelas públicas no están construyendo capacidades para un mundo cada vez más complejo., cada vez más incierto. Con o sin la huelga, los niños y niñas guatemaltecas están condenados a no aprender capacidades pertinentes porque el ministerio de educación no ha querido, no ha podido modernizarse. Los maestros están anclados a visiones de aprendizaje conductista, ni siquiera cognitivista, donde enseñar es hablar y aprender es repetir. No se revisa y menos se hace investigación científica sobre los aprendizajes de niños y niñas guatemaltecas, no. La ciencia está ausente del ministerio. Eso ahora, eso ayer, eso antier, eso siempre.

Mientras tanto, el mundo avanza con sistemas de formación docente basados en evidencia, basados en investigación científica. El mundo avanza con institutos de investigación científica y no facultades de humanidades que mal forman maestros a macho y trecho, sin teoría, sin evidencia, sin investigación. Y como no si quien dirige la facultad de humanidades de la Universidad Nacional es un tipejo que de ciencia no sabe nada, el mismísimo usurpador de la rectoría, Y como no sí lo menos que se hace en la Universidad Nacional guatemalteca es investigación científica sobre aprendizajes. 

Que no se diga que no hay, que no ha habido académicos, maestros formadores, si aquí mismo en este país han nacido y aún están formadores como:  Luis Radford, Leonel Morales, Claudia María Galo o Domingo Yojcom, entre otros y otras. Que el lector curioso haga una búsqueda por los artículos científicos de estos académicos guatemaltecos para que miren que si hay capacidad local. El problema: No se usa. 

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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