Una vez más la tierra se acomodó y los que estamos sobre ella temblamos. Ya sabemos que vivimos en un país sísmico, que sus características del terreno lo hacen vulnerable a estas circunstancias y que si bien desde hace un poco más de 49 años no habíamos sentido algo tan fuerte, pese a que no ha dejado de acomodarse la tierra, pues los capitalinos nos habíamos ido salvando.
Ya en noviembre 2012 se registró en Champerico uno nuevo de 7.3 en escala de Richter y para junio 14 del 2017 el Departamento de San Marcos sufrió un fuerte remezón, que quedó como un anexo plasmado en el libro de Ricardo Gatica Trejo TERREMOTO, referido al de febrero de 1976 que tuvo una magnitud de 7.5 en la escala de Richter.
Para entonces el país casi por completo colapsó, pero el General Shell Eugenio Laugerud García supo guiar a los miembros del ejército y voluntarios y levantar en 100 días el territorio nacional. Pese a ese gran acto que dirigió y su conocimiento, voluntad y espíritu de trabajo; a su fallecimiento, el entonces presidente Álvaro Colom, de manera personal y mezquina le negó los honores que le correspondían.
Estos zarandeos terrestres nos llevan a preguntarnos qué hemos aprendido de los zangoloteos anteriores, qué decisiones hemos tomado, como país y como personas.
Seguimos escuchando sobre la mochila de las 72 horas, pero preguntemos entre nuestros conocidos quien la tiene y quizás no nos sorprendamos porque nosotros mismos no la tenemos pese a tantas advertencias que nos han hecho al respecto los cuerpos de bomberos, Municipales y Voluntarios, la Cruz Roja y CONRED.
Pero es que como país tampoco hemos tomado decisiones frontales, especialmente con las ruinas de Antigua Guatemala, que ahora pues son más ruinas.Y es que está claro para todos que como ruinas son parte del patrimonio cultural mundial, lo que no parece estar claro para quienes deben protegerlas porque forman parte de Consejos, Asociaciones, Clubes de protección es precisamente que dejarlas en su estado original, a la intemperie, por supuesto, sin intervención para curación, solo se consigue más ruinas.
Y claro, ante una situación como la vivida el pasado martes 8 de julio 2025, con el epicentro en Sacatepéquez, departamento más pequeño de Guatemala con extensión de 465 kilómetros cuadrados y al que pertenece Antigua Guatemala siendo su cabecera departamental, pues el daño fue muy grande.
Por lo menos el Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala (CNPAG) reaccionó y se hizo acompañar de equipos especializados en arqueología, restauración, documentación y control de la construcción; detectando el 21 por ciento de inmuebles revisados, con daños severos, 35% con daños leves y 43% con afectaciones moderadas.
Los problemas van desde aparición de nuevas grietas y fisuras, colapsos parciales de muros y cubiertas, fallas en cimentaciones, y desprendimientos de materiales como tejas, baldosas y aleros, principalmente en viviendas.
Sin embargo, quienes sufrieron mayores pérdidas y daños fueron las habitantes de Santa María de Jesús a 10 kilómetros de la ciudad colonial, pero que su construcción consistía en el uso de ladrillos de barro, Además del colapso de una parte de la carretera que conduce al lugar y tiene al municipio incomunicado,
Y como todos los gobiernos han tenido lo suyo, este es el momento del presidente Bernardo Arévalo para demostrar de qué está hecho y levantar ese municipio y resguardar la ciudad Colonial Antigua Guatemala lo mejor posible,
Pero como decimos «el pelo en la sopa» es de Joviel Acevedo cuyos miembros del STEG, que mal dirige impidieron la llegada de ayuda a la región al bloquear el paso en San Vicente Pacaya.
Por lo que CONRED presentó una denuncia ante el Ministerio Público (MP) para que se investigue y se deduzcan responsabilidades. Esperemos que por lo menos está sí prosperando. Porque no se vale que les impidan que llegue la ayuda, luego de haber perdido sus viviendas.
Y recuerde que el próximo viernes 18 de julio, en el marco de la 38.ª edición de la Feria del Libro en Antigua Guatemala, a las 15:30 horas, se presenta en edición ¨postuma el libro BELICE de Ricardo Gatica Trejo. Se obsequiará una copia a los asistentes.