Los hermanos Erik y Lyle Menéndez, conocidos a nivel internacional por el asesinato de sus padres en su residencia de Beverly Hills en 1989, han dado un paso crucial hacia la posibilidad de recuperar su libertad.
Este martes 13 de mayo, el juez del Tribunal Superior del condado de Los Ángeles, Michael Jesic, aprobó oficialmente reducir la condena de cadena perpetua a una pena de 50 años de prisión, lo que los convierte en elegibles para solicitar la libertad condicional luego de más de tres décadas tras las rejas.
La decisión se produce tras siete meses de audiencias y extensas discusiones legales, en un proceso marcado por el cambio de postura entre administraciones fiscales y la creciente presión pública por reevaluar el caso a la luz de nuevos testimonios y una comprensión más profunda sobre los abusos y traumas sufridos por los hermanos durante su infancia.
UN CRIMEN QUE SACUDIÓ A EE. UU.
El 20 de agosto de 1989, José y Mary Louise “Kitty” Menéndez fueron brutalmente asesinados a tiros en el interior de su casa mientras veían televisión. En ese momento, Lyle tenía 21 años y Erik apenas 18. Los jóvenes intentaron desviar las sospechas culpando inicialmente a la mafia, pero pronto se descubrió que ellos mismos habían adquirido ilegalmente armas para ejecutar el crimen.
Durante el juicio, que capturó la atención mediática internacional, los hermanos aseguraron haber actuado en defensa propia tras años de abusos sexuales y psicológicos por parte de su padre, José Menéndez, un influyente ejecutivo musical. Aunque su primer juicio en 1993 se declaró nulo, en 1996 fueron declarados culpables y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Caso de los Hermanos Menéndez, condenados por parricidio, da un giro en su contra
REHABILITACIÓN Y APOYO FAMILIAR
Desde entonces, Erik y Lyle han permanecido en prisión, donde han cumplido con una trayectoria marcada por la rehabilitación: ambos completaron estudios universitarios, han liderado programas de autoayuda para otros reclusos y han mantenido una conducta ejemplar, según testimonios de familiares y personal penitenciario.
En 2018, tras más de dos décadas separados, fueron trasladados al mismo centro correccional en San Diego. Su cercanía ha fortalecido aún más su vínculo y su compromiso con la reinserción, aseguran quienes los han acompañado durante el proceso.
“Treinta y cinco años son suficientes. La familia los ha perdonado universalmente”, expresó Anamaria Baralt, prima de los hermanos, durante la audiencia de resentencia. Ella fue una de las testigos que argumentó a favor de una nueva oportunidad para los Menéndez.
BREAKING: Menendez brothers resentenced 50 years to life for murder of parents. They are now eligible for parole.
— Fox News (@FoxNews) May 14, 2025
EL CAMBIO JUDICIAL Y LAS TENSIONES POLÍTICAS
La reciente decisión del juez Jesic contrasta con la férrea oposición del actual fiscal de Los Ángeles, Nathan Hochman, quien ha cuestionado la veracidad de las declaraciones de los hermanos y su capacidad de reintegrarse sin representar un riesgo. Hochman sostuvo que los Menéndez “no han asumido completamente su responsabilidad” y citó reportes que los vinculan con contrabando de teléfonos dentro de la prisión, además de calificarlos como “moderadamente más propensos” a actos violentos.
Esta postura representa un viraje respecto a la del exfiscal George Gascón, quien en 2023 solicitó formalmente reabrir el caso. Su argumento se basaba en la evolución del entendimiento del abuso sexual y el trauma infantil, así como en los logros de rehabilitación de los hermanos.
El abogado defensor Mark Geragos, figura clave en la lucha por una nueva sentencia, afirmó que “hoy es quizás el día más importante para ellos desde que fueron encarcelados”. Geragos también ha explorado otras vías legales, como el habeas corpus, respaldadas por nuevos testimonios que vinculan a José Menéndez con otros casos de abuso, incluyendo una denuncia por parte de un exintegrante del grupo Menudo.
¿QUÉ SIGUE PARA LOS HERMANOS?
Con la sentencia ya emitida, el siguiente paso será someterse a una evaluación por parte de la junta estatal de libertad condicional, en un proceso que podría durar varios meses. El caso deberá contar también con la aprobación del gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha mostrado una postura más flexible respecto a la justicia juvenil y la rehabilitación.
Newsom, uno de los líderes demócratas con mayor proyección nacional, ya se ha pronunciado sobre la necesidad de reformar el sistema de libertad condicional: “La justicia puede ser ciega, pero no deberíamos estar a oscuras a la hora de determinar si alguien está rehabilitado y preparado para salir de prisión”.
Las audiencias para la clemencia de ambos hermanos están previstas para el próximo 13 de junio. Sin embargo, con la nueva sentencia ya firmada, no se descarta que puedan solicitar la libertad condicional antes de esa fecha.
CASO POLÉMICO
El caso Menéndez ha sido objeto de múltiples documentales, podcasts y recientemente una exitosa serie en Netflix dirigida por Ryan Murphy, que ha renovado el interés de nuevas generaciones sobre la complejidad del crimen, los abusos y el sistema judicial estadounidense.
La historia de Erik y Lyle sigue dividiendo opiniones. Para algunos, representan a dos jóvenes víctimas del abuso que merecen una segunda oportunidad; para otros, siguen siendo los responsables fríos de un parricidio que sacudió a una nación entera.
* Con información de El País y Telemundo.
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