Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
Como ya les he contado, febrero es mi mes preferido por muchas razones. Pero hoy también sumo un motivo más. Dentro de mi oficina la cual cambio de dirección, debido a su ampliación. Ahora tengo un programa de apoyo psicosocial para pacientes con diagnósticos psiquiátricos quienes necesitan algo más que psicoterapia y psicofármacos.
Necesitan compañía, actividad dirigida a fortalecer sus habilidades prácticas para un mejor vivir, en un medio que les dé estructura, pero, que también les influya a creer y desear establecer conductas más apropiadas para un buen vivir.
Dentro del programa se considera ayudar a un tratamiento integral para los pacientes de distintos terapeutas. Es conocido que no solo los psiquiatras abordamos las enfermedades emocionales. Sino, también, distintos profesionales de la salud y ciencias sociales. Así que el programa se encuentra diseñado para que los terapeutas encuentren un lugar que ayude a sus pacientes a una recuperación y rehabilitación más pronta.
Dentro de él se ofrecerá: terapia ocupacional, terapia del arte y psicoeducación a las diferentes personas que sean referidas o así lo quieran. Tendrán como requisitos para la participación dentro de este: a) ser mayores de edad; b) que no ameriten hospitalización, ni cursen con altos riesgos suicidas, homicidas o conducta agresiva. Por lo cual se realizara una evaluación previa a los pacientes; c) que para los referidos sea viable el trabajo grupal y no interfieran con esta dinámica; d) los participantes firmarán un consentimiento informado; d) a los terapeutas se les proporcionará una retroalimentación de como se ha observado a la persona en su interacción social de manera semanal. El programa no pretende ser un hospital de día.
El lugar tiene limitaciones en su estructura física y el personal en este programa no proveerá psicofármacos o psicoterapia especializada. Porque se considera que la mayoría de pacientes vendrán referidos por un terapeuta quién continuará el abordaje tratamiento a la persona. Se contará como recursos humanos: terapistas ocupacionales, psicóloga, psiquiatra, terapeuta de expresión verbal y corporal, habrá música, pintura, lectura, escritura, danza como expresiones de arte. Con el fin de que los pacientes sientan la vida, aprendan a acompañarse, y la disfruten. Experimenten el cuidarse dese el aprendizaje de la atención de una planta hasta el cuidado de otros. El arte se convierte en una herramienta terapéutica, pero no es vista dentro de sus técnicas psicoterapéuticas.
Contará con una persona que provee enseñanza de self proficient, que ayudará a las personas a reconocer sus habilidades y limites en solución de pequeños aprendizajes que pueden cambiar la vida. Como aprender a cocinarse, a tener una rutina, a poner un clavo, a hacer cosas por sí mismo.
En psicoeducación se establece un programa que ayude a los pacientes a entender su enfermedad, a lidiar con ella, a saber porque se encuentra medicado, el porqué de los psicofármacos, así como, se trabajaran con habilidades prácticas para la vida temas como autoestima, establecimiento de límites, resolución de conflictos, técnicas de relajación, el abordaje del perdón, y técnicas de estimulación neurocognitiva.
Se pretende crear un ámbito en donde el paciente mejore y se sienta a gusto en condiciones de comprensión, respeto, creativas, comprensivas y compasivas. Dentro de un marco que también establece límites y condiciones para un trabajo en pro de la salud mental de manera cooperativa.
Es el primer lugar diseñado dentro de la iniciativa privada que ofrece este servicio a los pacientes con diagnósticos dentro del área de salud mental. Se espera con ello, la promoción, la prevención y el fortalecimiento de la salud mental.
Para mayor información se realizaran charlas informativas dirigidas a diferentes profesionales de la salud y de las ciencias sociales. Y a manera de conclusión quiero compartirles las palabras de Juliette Lewis: “Lo más valiente que he hecho fue continuar con mi vida cuando quería morir”.