MADRID
Agencia DPA

Si bien reconoció que un clásico ante Brasil genera una adrenalina diferente, Lamas aseguró que por la instancia en que se producirá, la tensión es la misma que si se tratara de otro adversario.

«Es un clásico rival (al) que queremos ganar y es un juego que tiene pre y pospartido. Aunque reconozco que si el encuentro fuese un cruce contra Serbia, me daría lo mismo, ya que estamos en una eliminatoria mundialista, con la gran importancia que ello tiene», sostuvo hoy Lamas. «Jugamos tanto en los últimos tiempos que estamos acostumbrados a esa adrenalina», añadió el seleccionador argentino.

En los últimos años se han visto tanto las caras, ya sea en partidos oficiales como en amistosos, que para los entrenadores no hay ningún misterio. «Cada uno sabe el estilo del oponente en proporciones iguales», indicó el estratega.

Por eso, no considera que haya una ventaja para alguno de los equipos en ese aspecto. «Los dos conocemos los puntos fuertes y débiles y el estilo de juego que tiene el rival. No da ventaja ni desventajas para ninguno de los dos», afirmó Lamas.

En la preparación para el Mundial, Argentina y Brasil se enfrentaron dos veces, con un triunfo brasileño en Río de Janeiro por 68-59, mientras que en la revancha en Buenos Aires se impuso Argentina por 85-80.

Para Lamas, tampoco resulta especial que en la banca de enfrente se encuentre Rubén Magnano, su exayudante y campeón olímpico con Argentina en 2004. «Ya no es raro. Nos hemos enfrentado muchas veces.

Sí fue especial la primera vez en 2011, pero ahora lo tomo como algo normal», indicó. «De última, especial será para Magnano, que se enfrenta a su país. Para nosotros no deja de ser un partido ante Brasil, nuestro rival clásico», concluyó Lamas.

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