La educación pública guatemalteca está cooptada desde hace décadas. Lo hizo una dirigencia sindical que tergiversó totalmente las funciones de un sindicato ayudados por gobiernos corruptos que necesitaban del apoyo del movimiento magisterial para otras funciones no educativas. De a poco el sindicato de maestros, el otrora glorioso sindicato magisterial, que luchaba por las causas justas de la sociedad guatemalteca fue atrapado entre las garras de dirigentes magisteriales que pueden ser de todo, pero no maestros. Los ex ministros de educación, desde la época de Oscar Berger pero principalmente desde el gobierno de Álvaro Colom negociaron con el diablo y crearon un monstruo: Joviel Acevedo.
La ministra María del Carmen Aceña no pudo despedir a Joviel Acevedo, aunque lo intentó. Luego, los ministros de Álvaro Colom, aquel presidente timorato, miedoso, atrapado entre las garras de una tarántula, Sandra Julieta Torres Casanova, Julietía, la guerrillera, esos ministros fueron los principales responsables de darle alas a Acevedo, el guerrillero, falso por supuesto. No sabemos por qué los exministros de educación de Colom negociaron. Quizás creyeron que podrían llevar la cartera de educación sin huelgas, sin problemas sí negociaban. Pero lo más seguro es que entendieron con claridad las órdenes del presidente o de Sandra Torres en el caso del pseudo gobierno de Colom, porque fue Sandra Torres la que manejó el millonario programa de Mi Familia Progresa a través del Ministerio de Educación, un programa obscuro que hizo millonarios a funcionarios públicos de entonces, quienes cargan con el deterioro de la educación pública guatemalteca en su conciencia, si acaso les queda conciencia. Recuerden que nunca quisieron entregar cuentas, ni informes, ni nada a la ex diputada Nineth Montenegro, ejemplo de honestidad a diferencia de esas marionetas que dirigieron y destruyeron al Ministerio de Educación.
Los indicadores de aprendizaje de matemática y de lectura en la educación pública guatemalteca son desastrosos. Apenas el 12.9% de los estudiantes tienen resultados satisfactorios en matemática. O sea, casi el 90% de los estudiantes, casi todos, aprenden poca matemática o no aprenden. En lectura apenas el 35% de los estudiantes alcanzaron un resultado satisfactorio, no excelente. Ambos indicadores mejoraron un tanto en la última evaluación del 2024, porque en los gobiernos anteriores los resultados eran peores. El problema de fondo es una dirigencia sindical que se opone a todo y cuyos únicos intereses son seguirse enriqueciendo con los fondos públicos. Como ahora no tienen un presidente corrupto y hay una ministra dispuesta a ordenar y mejorar al sistema educativo, Acevedo y sus 40 ladrones, es decir, su banda, andan haciendo berrinche.
La buena noticia es que la ministra Anabella Giracca ha decidido incrementar el salario de los maestros en un 5%, incluyendo un 20% a la bonificación y con ello dejar en el Monte del Olvido a Joviel Acevedo y a su banda que se creen intocables, como Consuelo Porras, porque han optado por obedecer corruptos a cambio de intereses personales, a cambio de hacerse millonarios, a cambio de destruir la memoria de sus padres, a cambio de destruir el futuro de los niños y niñas guatemaltecas. ¿Qué harán los jóvenes que no saben sumar, multiplicar, dividir, qué harán para trabajar? ¿Qué futuro tienen los niños y niñas que no pueden entender lo que leen y que en el fondo no saben leer? Lo que harán es inventar títulos, plagiar tesis, fingir que saben sin saber como los supradichos, esto es, vivir en el mundo del revés, en el mundo de mentiras en el que vive Joviel Acevedo y la susodicha.
El Pacto Colectivo entre el Ministerio de Educación y el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala debe ser un instrumento público que permita que se respeten los derechos de los maestros y trabajadores de la educación sin demérito de los aprendizajes estudiantiles. Con los bajísimos resultados de los aprendizajes en matemática y lectura de la educación pública guatemalteca se debe concluir que hay que hacer una transformación profunda en la forma en que preparamos docentes. Eso no es posible si un grupo de ladrones dirigentes del sindicato de «trabajadores» de la educación se oponen y se creen que mandan en el ministerio de educación. Eso tampoco es posible si las instituciones que forman docentes no tienen sistemas de investigación científica que permitan fundamentar la formación docente para hacerla pertinente.
Mientras la educación pública esté en manos de rufianes, de manipuladores, como Joviel Acevedo y Walter Mazariegos, no habrá progreso educativo. Por eso aplaudo la decisión de la ministra Giracca y la presencia del presidente Arévalo en el anuncio. Eso es importante, que dos personas honestas anuncien noticias importantes para la educación guatemalteca. Bien hecho presidente, bien hecho ministra.