Por JOAN LOWY
WASHINGTON / Agencia AP
Los estudios sobre los efectos de la marihuana indican que la droga puede demorar la toma de decisiones, disminuir la visión periférica e impedir tareas múltiples, todos factores esenciales para manejar, pero al contrario de lo que ocurre con el alcohol, los conductores drogados con marihuana tienden a darse cuenta de que están disminuidos en sus capacidades y tratan de compensarlo manejando más lentamente, evitando acciones riesgosas, como rebasar otros vehículos y permitiendo más espacio entre los autos.
Por otra parte, la combinación de marihuana y alcohol parece eliminar la mayor precaución y aumentar la incapacitación para manejar más allá de los efectos de una sola de las dos sustancias.
«Creemos que la legalización de la marihuana en Colorado y Washington es un llamado de atención para todos nosotros en cuanto a la seguridad en las carreteras», afirmó Jonathan Adkins, director ejecutivo de la Governors Highway Safety Association (Asociación de Gobernadores para la Seguridad en las Carreteras), que representa a las oficinas de seguridad vial de los estados.
«No sabemos lo suficiente sobre la magnitud de conducir disminuido por la marihuana como para calificarlo de problema grande o chico, pero cada vez que un conductor tiene su habilidad disminuida, es un problema».
Colorado y Washington son los únicos estados que permiten la venta minorista de marihuana para uso recreativo. Se realizan gestiones para legalizar la marihuana recreativa en Alaska, Massachusetts, Nueva York, Oregon y el Distrito de Columbia. Veinticuatro estados y la capital nacional permiten el uso de la marihuana para propósitos médicos.
Sin embargo, es ilegal en todos los estados conducir disminuido por la marihuana.
Colorado, Washington y Montana tienen un umbral de intoxicación de 5 partes por cada mil millones de THC, el ingrediente sicoactivo de la droga, en la sangre. En Washington, hubo un aumento de casi el 25% de conductores en el número de conductores cuyos exámenes revelaron la presencia de marihuana en 2013, el primer año después de la legalización, pero no hubo un aumento correlativo en accidentes de tránsito o fatalidades.
Lo que preocupa a los expertos son casos como los del adolescente de Nueva York Joseph Beer, quien en octubre de 2012 fumó marihuana, se trepó en un sedán Impreza de Subaru con cuatro amigos y manejó a más de 160 kilómetros (100 millas) antes de perder el control. El automóvil embistió árboles con tal fuerza que el vehículo se partió por la mitad y murieron sus amigos. Beer se declaró culpable de homicidio vehicular con agravantes y la semana pasada fue sentenciado a pasar entre 5 y 15 años de prisión.
Un fiscal atribuyó el choque a «velocidad y droga», pero un representante de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, experto en abuso de drogas, quien prestó testimonio en el juicio dijo que los estudios sobre la marihuana y los riesgos de choques son inconcluyentes. Algunos estudios indican un aumento de dos a tres veces y otros no muestran ninguna, precisó el doctor Mehmet Sofuoglu. Algunos estudios incluso revelaron un riesgo menor, según su testimonio.
Los varones adolescentes y adultos jóvenes son los conductores con mayores probabilidades de fumar marihuana y de tener accidentes estén drogados o no, afirmó el experto. «Ser adolescente varón e incurrir en un comportamiento imprudente puede explicar todo, no necesariamente la marihuana», expresó a los jurados.
En 2012, apenas poco más del 10% de los estudiantes avanzados de secundaria dijeron haber fumado marihuana antes de manejar al menos una vez en las dos semanas anteriores a la encuesta, según una consulta anual de la Universidad de Michigan a 50 mil estudiantes de secundaria. Casi el doble de los varones que las mujeres dijeron haberlo hecho.
Un estudio de 2007 de la Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) halló que el 8.6% de los conductores reveló la presencia de THC, pero no es posible determinar cuántos estaban muy drogados porque solo se examinó la presencia de drogas y no la cantidad.
El estado de trance por la marihuana suele durar media hora y se disipa en tres horas, pero el THC puede permanecer durante días en el organismo de los fumadores habituales.
Los fumadores de droga inexpertos tienen mayor probabilidad de estar disminuidos que los fumadores habituales, que desarrollan tolerancia. Algunos estudios demuestran prácticamente ninguna incapacitación en los fumadores habituales.