Guatemala es un país donde la cultura ambiental no tiene desarrollo, atención y mucho menos proyectos institucionales y privados que sean del conocimiento de la población, para que ésta última coadyuve de forma eficaz en evitar los diferentes tipos de contaminación ambiental que se producen cada día y en todos los lugares del país.

En ciudad Guatemala, basta recorrer los barrios marginales para darnos cuenta de que, la población carece de la cultura sanitaria y ambiental debido al estado de suciedad que se observa en sus calles, avenidas y callejones donde proliferan los basureros clandestinos que promueven la contaminación. De igual manera se observan en las cunetas de las carreteras, bajo los puentes, en los ríos que son utilizados como vertederos de toda clase de desechos orgánicos o inorgánicos.

Tal circunstancia deviene de la herencia cultural de las autoridades municipales y gubernamentales que no pudieron, no supieron o no le pusieron interés al factor de la higiene ambiental. La contaminación ambiental que producen los vertederos, en algunos casos es visible al ojo humano cuando se producen incendios que elevan columnas de humo y llevando en él partículas de todo tipo de polímeros que dependiendo de la dirección del viento y su fuerza las llevan hasta varios kilómetros de distancia no importando que sean de naturaleza biológica, química o de otra clase y cuyo contenido dañino es para la población.

Algunos tipos de contaminación ambiental: la hídrica que afecta ríos, lagos y fuentes de agua subterránea; del suelo, la acústica es la que se produce con cualquier ruido excesivo ya sea en proporción, frecuencia, tono, volumen o ritmo; lumínica que afecta el sueño y el consumo de energía y la visual que consiste en los elementos que no son naturales  y que envían estímulos visuales como las vallas publicitarias y torres eléctricas o de telefonía.

El artículo 93 de la Constitución Política de la República de Guatemala estipula que el goce de la salud es un derecho fundamental del ser humano, sin discriminación alguna; y el artículo 95 del mismo cuerpo legal indica que la salud de la población es un bien público y que todas las personas e instituciones están obligadas a velar por su conservación y restablecimiento.

Las partículas microscópicas, sólidas o líquidas de sustancias químicas o de lixiviadas suspendidas en el aire como el polvo, metales que provienen de fábricas, vehículos accionados por gasolina o diésel, o la quema de caña por algunos ingenios de la costa sur, son consideradas una de las mayores amenazas para la salud de la población, ya que, pueden inhalarse y acumularse en el sistema respiratorio, alojándose en los bronquios y pulmones.

La contaminación en las ciudades y algunas áreas rurales de Guatemala era inimaginable, pero al vivir cerca de esos focos de contaminación la salud humana hace que la vida corra un grave peligro y algunas de esas consecuencias de la polución son: la disminución de la calidad de la vida humana, daños genéticos, fisiológicos, incluso la pérdida de la fertilidad, enfermedades como el cólera, disentería o fiebre tifoidea.

La misma naturaleza puede provocar situación de contaminación ambiental grave tal como las erupciones volcánicas, huracanes, incendios o el desbordamiento de ríos, pero también hay que considerar que cuenta con sus propios mecanismos de depuración o reciclaje.  Esperamos que las políticas medio ambientales promovidas por el actual gobierno sean parte fundamental en la agenda sanitaria nacional para beneficio de la población afectada.

Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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