Entre los trabajos que durante su larga existencia realizó Erich Fromm en distintos puntos del planeta, destaca sin duda el de volver a conciliar y poner en comunión la psicología con la  filosofía. Porque fundamentalmente él cree que todo conflicto psicológico es (en su raíz) un conflicto moral y la moral pertenece al campo de la ética y la ética es filosofía.

Fromm cree que al intentar poner las bases teóricas (ética) de una moral práctica (hechos humanos) no puede dejar de conocerse y penetrarse hasta lo más hondo a quien todo ello va a estar dirigido: el hombre. Y la única suerte de adentrarse verdaderamente en él nos lo ofrece la psicología en general y el psicoanálisis en particular. Con ello da un vuelco tanto  al enfoque de la ética tradicional (puesto que ésta diseñaba normas  de conducta sin conocer el corazón del hombre) y también al psicoanálisis que los ortodoxos seguidores de Freud quisieron mantener incontaminado y siempre como actividad en sí, utilizando sus propios recursos y metodología en un camino tan recto que en la práctica se volvió inflexible.

En estricto sentido Fromm no podía llamarse un psicoanalista (por ejemplo en el contexto de la Asociación Psicoanalítica que presidió alguna vez la princesa Bonaparte en Francia) y que entró en enconadas y reñidas luchas con Lacan. Pero sí que es psicoanalista en cambio (en un sentido más flexible) porque Fromm acepta que la única fenomenología y modalidad para conocer un poco –casi nada o mucho– el yo de los otros y nuestro propio yo, es el psicoanálisis cuya actividad fundamental reside en la entrevista individual (de muchas horas y años) durante los cuales son reconocidos lentamente los sueños, los actos fallidos, las resistencias, la literatura catártica (como mi libro “Cuentos psicoeróticos”) y otras formas de comunicarse de nuestro inconsciente.

 

 

Mario Alberto Carrera

marioalbertocarrera@gmail.com

Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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