El problema: En Guatemala, uno de los problemas más grandes que existe es la SEGURIDAD, aunque realmente hay tantos, que se podría hacer un concurso para identificar cuál es el más grande, incluyendo los más importantes, que son los relacionados con la niñez y la adolescencia. Indiscutiblemente estos ocupan el primer lugar, están relacionamos con la vida, además de los problemas de salud, hambre y pobreza todos amarrados al tema de seguridad.
Un problema que no es de este gobierno, viene desde hace muchos años cuando pasamos de problemas de inseguridad producto del Conflicto Armado Interno a problemas de inseguridad provocados por la situación económica de la población. Hoy los programas de seguridad son producto del crimen organizado porque tenemos que aceptar que estamos en manos del crimen organizado y por eso es que hablamos de un gobierno cooptado.
No quiero alargar esta columna con dar cifras y menos hacer cifras comparativas, pero sí explicar realmente en donde es que se origina el problema hablando ya de esta época y cómo este gobierno lo está enfrentando, de acuerdo a la charla que tuve con el señor Ministro de Gobernación Francisco Jiménez.
¿Qué pasó? Aunque no es mi deseo estar regresando a lo mismo de siempre y hablar de la corrupción, de la cooptación del Estado, de los intereses de los poderosos y mucho menos regresar al tema que más me preocupa que es la falta de una verdadera clase política, con verdaderos partidos políticos que quieran llegar a hacer algo por la nación, tengo que mencionar realmente qué pasó.
Tenemos un cuerpo de policía que en su momento fue utilizado no solo en el problema del Conflicto Armado Interno, si no utilizado también para desaparecer del mapa, como se decía en aquel entonces, a quienes estorbaban a los más grandes. Un cuerpo de policía que hubo que reformarlo a raíz de los acuerdos de paz, pero que al mismo tiempo hubo que reducir el ejército de acuerdo a estos mismos diálogos y conclusiones relacionadas con La Paz.
Descuidamos enormemente temas como el sistema penitenciario convirtiendo los centros preventivos y los lugares para cumplir las condenas, en verdaderas escuelas del crimen. Pero además los lugares perfectos para encontrar socios y lugares perfectos para dirigir las operaciones, ya que aunque estos hayan sido capturados, condenados y estén guardando prisión, los grandes jefes de la mafia, en este caso los grandes jefes de las maras, dirigen desde la prisión sus operaciones. Una de las más importantes, por las secuelas, consecuencias y crímenes colaterales, es la extorsión.
Y es que palabras más, palabras menos del señor ministro de Gobernación, a quien por cierto les aconsejo que escuchen en la charla en ROBERTO ALEJOS – PODCAST, no es ningún inexperto. Al contrario es un hombre que se ha preparado por años en el tema de seguridad, que además ha podido ponerlo en práctica. Es alguien que tiene muy claro el panorama y que no nos habló con demagogia, sino con la franqueza que necesitamos escuchar, porque fue sincero en decir que este es un problema que no se puede solucionar de la noche a la mañana.
NO SE VALE que los barrios de todas las zonas, no sólo de la ciudad capital sino de las áreas rurales, estén en manos de las maras. Maras, las organizaciones más grandes, pero además más disciplinadas y hoy en día, probablemente las más sanguinarias que existen no solo en Guatemala sino en la mayoría de países latinoamericanos o países como el nuestro, que se encuentra en una situación de pobreza muy grande.
Y es que al estilo de las películas de la mafia, en donde veíamos aquellos empleados de Al Capone y otros gangsters similares, ir de negocio en negocio ofreciendo seguridad advirtiendo que el negocio está en un barrio peligroso y que si no pagaban la seguridad, podrían sufrir un asalto y hasta tener problemas de poner en riesgo su vida.
Aquí el estilo ha cambiado y se ha vuelto más descarado que al de la mafia siciliana de aquella época, llegan a decir que alguien podría asaltarlos o alguien podría cometer algún acto vandálico en su contra que pondria en riesgo su vida, las maras con descaro llegan a decir si usted no nos da tanto, una cantidad x, nosotros mismos vamos a poner en riesgo su vida y su negocio y la de sus parientes e inclusive sus amigos y sus clientes.
De esa manera hay cobros por cualquier tema, hasta para poder movilizarse de la puerta de su casa a la tienda de la esquina hay que pagar una cuota. Para poder salir del barrio a tomar un taxi colectivo hay que pagar una cuota, con el agregado de que las tiendas y los taxis también son manejados por las maras y terrible pero verdad, que esas extorsiones que se manejan por la vía telefónica han llegado no solo a las y los vecinos del barrio sino a las grandes empresas que distribuyen productos. No hay quien esté fuera de este grave problema de seguridad que se convierte en un verdadero problema para el desarrollo de la nación, con muchas otras consecuencias como la migración, porque a todo mundo le dan ganas de salir corriendo de este país.
YA ES HORA que pongamos atención a lo que realmente está pasando, que le demos la importancia que el tema se merece. Que dejemos de usar como un arma política de propaganda, el ataque a este ministerio que lo que realmente merece es el apoyo de toda la población en un tema que nos incumbe y nos afecta a todos y que por lo tanto, si el ministro de turno no tiene éxito nos hundimos todos.