Las Palmas
Agencia dpa
Los trabajos, que el gobierno de Mariano Rajoy aprobó en contra del criterio del Ejecutivo regional canario, comenzarán en un punto del Atlántico situado a 60 kilómetros de Fuerteventura, una de las islas del archipiélago español frente a la costa noroeste de África.
Un moderno barco perforador atravesará allí 885 metros de agua para llegar al lecho marino en busca de gas y petróleo.
Brufau hizo el anuncio en la isla de Gran Canaria, antes de reunirse con un grupo de empresarios y después de que el Tribunal Supremo español avalara la decisión del gobierno de Rajoy sobre las prospecciones de la petrolera en aguas atlánticas.
«A Repsol le preocupa que una cosa que puede ser tan positiva, tenga un debate que coarte. Desdramaticemos», dijo el directivo. «Veamos si hay (petróleo y gas), y si hay veamos cómo ponerlo en valor». Según Brufau, en caso de que lo haya se crearán hasta 5 mil puestos de trabajo.
El gobierno regional de las Islas Canarias es un férreo opositor a las prospecciones. Teme un desastre ecológico en caso de producirse una fuga de crudo en el mar, así como efectos negativos sobre el turismo, la principal fuente de ingresos de las islas.
También los ecologistas se oponen a ellas. Es «un despropósito sin precedentes», aseguran varias organizaciones, entre ellas Greenpeace y WWF. «Se trata de un acto injustificable que pone en grave riesgo tanto el medio ambiente como la principal actividad económica de las islas».