Nombre: Jennifer de la Cruz
Soy una joven estudiante de la USAC, perteneciente a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, y creadora de contenido político.
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«Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.» – George Santayana
Guatemala es un país con múltiples historias por contar. Sin embargo, este legado también ha dejado muchas heridas que sanar como sociedad. La historia está presente en cada uno de nuestros hogares, en la memoria de nuestros abuelos y abuelas. Hace un año perdí a mi abuelo, quien siempre fue una guía en mi camino. Hoy lo recuerdo a través de las historias que solía contar.
Guatemala vivió un Conflicto Armado Interno que se extendió por 36 años (1960-1996), una disputa entre los gobiernos militares y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Este conflicto surgió como resultado de las limitaciones democráticas que marcaron tres décadas de gobiernos militares, así como de la desigualdad, el racismo y la discriminación étnica, problemas que tristemente persisten en el país.
Este periodo dejó más de 200,000 personas asesinadas o desaparecidas. Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el 83% de las víctimas pertenecían al pueblo indígena maya, como consecuencia del genocidio perpetrado entre 1982 y 1983. Más de 440 comunidades mayas fueron exterminadas, sufriendo torturas extremas, mutilaciones y violencia sexual, incluso contra menores de edad.
Como respuesta, se iniciaron negociaciones para alcanzar los acuerdos de paz, un proceso que tomó 14 años y que incluyó múltiples diálogos entre el gobierno y los grupos de oposición. Estas negociaciones se basaron en el Acuerdo de Esquipulas II, inspirado en la Declaración de Esquipulas y el Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica.
El 29 de diciembre de 1996 se firmaron los Acuerdos de Paz, estableciendo 12 compromisos, entre ellos: el Acuerdo Marco para la Búsqueda de la Paz por Medios Políticos, el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, y el Acuerdo de Paz Firme y Duradera.
El 29 de diciembre de 2024 se cumplieron 28 años de la firma de los Acuerdos de Paz. Esta es una oportunidad perfecta para recordar que la paz se construye día a día, fortaleciendo nuestra democracia, participando en política y fomentando la ciudadanía.
Gracias, abuelo, por cada una de tus anécdotas, que me ayudaron a ser una persona más consciente de las necesidades de mi país y de la importancia de seguir luchando día a día.
Con amor,
Jenn