Felicitaciones a colega Quimy de León, directora de Prensa Comunitaria por el nuevo galardón otorgado por France 24 en reconocimiento a la defensa de la libertad de expresión y promoción del periodismo comunitario y feminista.
En Guatemala, libertades fundamentales y derechos humanos civiles y políticos son incumplidos. Los constantes y diversos ataques contra quienes ejercemos periodismo, vulneran la libertad de expresión, seguridad e integridad personal y pretenden implantar miedo, inseguridad, angustia y silencio.
El periodismo independiente que investiga, que hace auditoría social, crítica constructiva, reportajes a profundidad, ejerce libertad de pensamiento, busca la verdad, denuncia actos y actores corruptos, disgusta a algunos funcionarios públicos, a las élites, sus lacayos y achichincles.
Mediante la manipulación del sistema de justicia y para garantizar impunidad de sus actos, los actores corruptos revierten el disgusto creando el patrón de abrir casos penales para intimidar, coaccionar, sembrar temor, aterrar y finalmente silenciar a periodistas.
Los ataques a la prensa y periodistas independientes, se incrementaron durante los dos últimos Gobiernos ultraconservadores y fundamentalistas de Morales y Giammattei (2016-2024).
Los ejemplos saltan a la vista, el más emblemático es el de José Rubén Zamora, propietario de ElPeriódico, privado de libertad y de otros colegas de ese mismo medio, sometidos a procesos penales. Similares condiciones atraviesan colegas del centenario diario La Hora, periodistas comunitarios y medios alternativos. Además, no menos de diez colegas han salido al exilio.
Defender la libertad de expresión es tarea escabrosa y difícil, en especial por la inestabilidad política social de este país. Se tiene que luchar contra actores intolerantes, autoritarios, prepotentes, abusivos, acostumbrados a denigrar la dignidad de las personas y a vulnerar derechos humanos.
En tales condiciones, el ejercicio profesional del periodista es sensitivo y se mueve en el filo de la navaja a riesgo de la vida, seguridad e integridad personal. Hasta ahora, todo indica que el patrón de conducta de algunos agentes del Estado y élites económicas, es de desazón con la prensa y periodistas independientes.
La intolerancia y prepotencia que persisten aquí y en el resto del mundo, así como la omisión del Estado, abren la puerta para permitir la eventualidad de cometer crímenes contra periodistas, criminalizar la labor informativa, reprimir la libertad de expresión, obligar a la autocensura o el exilio de periodistas y comunicadores, como sucede en Guatemala.
En este punto, recordar que la libertad de expresión es un pilar fundamental del sistema democrático en el cual, el combate a la violencia e impunidad contra periodistas es obligación de los Estados, así como, adoptar medidas para proteger a la prensa independiente y promover la independencia, sostenibilidad y diversidad de los medios de comunicación.
A diferencia de otros países, ni el Estado ni Gobierno guatemaltecos ofrecen medidas, disposiciones o acciones destinadas a proteger a la prensa y a los periodistas, esto es signo de subdesarrollo y un vacío que urge llenar.
El actual presidente de la República Bernardo Arévalo, ha mostrado voluntad política de garantizar respeto a las libertades de prensa y expresión así como al libre ejercicio del periodismo. Con esa misma decisión ejecutiva, Arévalo tiene la oportunidad histórica de aprobar un Programa de Protección a Periodistas, iniciativa promovida hace años por la Asociación de Periodistas de Guatemala APG, máxima entidad de prensa del país.
A propósito de la APG, celebra el próximo miércoles 15 de los corrientes el solemne acto de juramentación de la nueva Junta Directiva 2025-26, de la que tengo el honor de formar parte como secretario. Dicho evento se llevará a cabo en el salón “Miguel Ángel Asturias” a partir de las 18:00 horas. Cordialmente invitados.