El retorno de Donald Trump al poder tiene en vilo a miles de guatemaltecos que radican en Estados Unidos (EE. UU.) y que no han podido regularizar su situación migratoria.
El próximo gobernante norteamericano ganó la contienda electoral con la promesa de que, al llegar a la Casa Blanca, deportaría a millones de migrantes que viven en ese país sin autorización.
En el caso de los guatemaltecos, la cifra podría ser de cientos de miles. De acuerdo con números del Centro de Investigaciones Pew de EE. UU, para el 2021 la población de connacionales en la Unión Americana llegaba a 1 millón 800 mil.
Pero, los datos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) sobre atenciones consulares, estiman casi el doble. Para el año pasado, se calculaba que había más de 3 millones 256 mil chapines en aquel país, la mayoría distribuida en California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey y Maryland.
En estos seis estados vive el 60 por ciento de los guatemaltecos en EE. UU.; no obstante, también los hay en los restantes 44 estados, incluso en lugares tan lejanos como como Alaska y Hawái.
En tendencia:
Denuncian destitución de más de 100 personas por el Gerente del Fondo de Tierras
Luego de cenas, mezcales y operar cortes, Luis Aguirre critica a Samuel Pérez
Real Madrid vs Barcelona: Fecha, hora y dónde ver la final de la Supercopa de España
En 2024, hospitales públicos compraron Q18.6 millones a farmacéutica La Botica, cercana a Miguel Martínez
¿Se cancela el partido de Messi? Inter Miami anuncia gira de pretemporada y Guatemala no aparece en la lista
Hay suficientes razones que alimentan la incertidumbre entre los migrantes en situación irregular.
Durante un mitin en Nueva York, siendo todavía candidato, Trump ofreció que el plan de deportaciones masivas empezaría desde el día 1 en que asumiera el cargo, es decir, el próximo 21 de enero.
A esta declaración le han seguido otras, por ejemplo, la de implementar una vieja ley de 1798 que permite al presidente expulsar del país a cualquier persona no nacida en EE. UU. y que sea originaria de un país que amenace con invadirlos.
Además, entre otras afirmaciones, el nombrado zar anti migración, Tom Homan, dijo que EE. UU. está listo para deportar a familias enteras, incluidos a menores de edad que hayan nacido en ese país, hijos de migrantes no regularizados.
“Sabías que estabas en el país ilegalmente y elegiste tener un hijo. Así que pusiste a tu familia en esa posición”, dijo Homan en una entrevista con The Washington Post, en referencia a las familias que tuvieron hijos en EE. UU. y que por ley son ciudadanos estadounidenses.
La administración Trump no dudará en deportar a los padres de familia, y dependerá de ellos si se llevan sus hijos o los dejan en EE. UU., sentenció.
“NO ESTÁ JUGANDO”
La Hora conversó con tres líderes migrantes guatemaltecos radicados en el país norteamericano, dos en estados que fueron ganados por Trump y uno en donde perdió la elección.
Marlon González, fundador de la organización Misión Guatemala-USA, afirmó que la incertidumbre se ha apoderado de la población de guatemaltecos en Florida, estado donde radica, puesto que existe el convencimiento de que el próximo gobierno “irá tras los migrantes”, a través de detenciones selectivas, allanamientos y operativos en centros de trabajo.
“Que este señor va a actuar de esa manera, que no les quepa la menor duda. Yo doy por hecho que pueden darse las deportaciones masivas”, aseveró el líder migrante. “Quién no esté tomando esto en serio está cometiendo un gravísimo error”, advirtió.
González considera que la situación para los migrantes será peor en algunos estados, como en el que vive él, donde las policías locales pueden hacer el alto a una persona para pedirle cuentas de su estatus migratorio solo por su perfil racial.
“Hay ciudades que eran santuario para los migrantes, pero que ya está tomando acciones estatales para arrestar a las personas y reportarlas a migración” si son indocumentados, expuso el entrevistado.
El regreso de Trump: Todo lo que necesitas saber de la toma de posesión y su vuelta a la Casa Blanca
HAY INCERTIDUMBRE
Por su lado Marvin Otzoy, presidente de la Fraternidad Guatemalteca del norte de Nevada, coincidió en que existe nerviosismo entre la comunidad de connacionales en ese estado —también ganado por Trump en las elecciones de noviembre pasado—, puesto que se puede dar una “cacería de manera selectiva”, en donde Inmigración vaya detrás de criminales, pero en operativos en los cuales pueden resultar afectados migrantes inocentes.
“A veces llegan a restaurantes de comida rápida porque ahí trabaja un criminal, pero arman todo el show, llegar con la policía, hacen redadas, buscan a uno, pero entonces puede haber mala fe de los oficiales porque se llevan a todos los demás que no han hecho nada”, explicó el líder migrante.
En segundo lugar, considera, irán por aquellos migrantes que enfrentaron procesos judiciales y se ordenó su deportación, pero que no han dejado el país y se mudaron de residencia e incluso de estado.
Otro efecto colateral que refiere Otzoy es que la retórica antinmigrante de Trump puede hacer que los ciudadanos estadounidenses denuncien a extranjeros que se sospechen no tienen residencia legal. “Se envalentonan al escuchar que llegó a la Casa Blanca un ‘patriota’ que va a limpiar la casa”.
No obstante, Otzoy cree que llevar a cabo un plan masivo de deportación es logísticamente casi imposible porque se requerirían muchos recursos económicos y humanos. Por tal razón, confía en que el discurso de Trump se quede en retórica puesto que conoce la importancia de los migrantes en la economía estadounidense.
“Trabajan en restaurante, hotelería, jardines, cuidado de niños… ese tipo de trabajo no lo hacen los americanos. Estoy seguro que hasta en las propiedades de Trump trabaja gente de nuestros países de forma irregular”, aseveró.
HASTA EN CALIFORNIA
La zozobra ha llegado, incluso, hasta California, estado que el próximo presidente de EE. UU. perdió, pero que ha visto, según declaran migrantes, inusuales movilizaciones de la Patrulla Fronteriza al interior del estado —a 170 millas de la frontera—, jurisdicción donde ya no tienen competencia.
“No ha venido solo una patrulla son muchas, y la gente está empezando a sentir miedo. Para mí que están midiendo las aguas, para ver qué tanto se van a dar abasto y viendo si la gente se va a dejar o no”, afirmó Alfonso Pérez, presidente y fundador de la Alianza Guatemaltecos Unidos en Los Ángeles.
“Cuando uno empieza a ver carros de la Patrulla Fronteriza, en ciudades o carreteras que no les corresponde estar, a se pone uno a pensar, en qué puede pasar”, reflexionó.
DEBEN PREPARARSE
Los líderes migrantes coincidieron en que debe de haber una campaña fuerte para aconsejar a los guatemaltecos en cómo deben comportarse, y en la cual deben participar, no solo las organizaciones pro migrantes, sino también el Gobierno, a través de los consulados.
Por ejemplo, deben evitar conducir luego de haber consumido alcohol, golpear a algún miembro de la familia o participar en escándalos en las calles. Incluso, deben procurar que los vehículos estén en condiciones óptimas y con seguro vigente para evitar problemas con policías locales, quienes pueden reportarlos a Inmigración.
“Cualquier cosita les puede dar motivo para pararte detenerte y antes de que paguen la fianza pueden ser deportados”, precisó Pérez.
González expuso que también es preciso abandonar prácticas que en los países centroamericanos son comunes, como detenerse en una tienda o gasolinera a tomar cerveza, o visitar bares u otros negocios en donde pueden ocurrir problemas que ameriten la presencia de la policía.
Sin embargo, el Gobierno también debería de estar preparado, indicó González. En tal sentido manifestó que, ante el inminente cierre de las fronteras, debe haber gestiones diplomáticas para requerir permisos laborales dado las necesidades que hay en EE. UU. de mano de obra migrante.
Por esa razón, lamentó que los líderes migrantes todavía no hayan sido atendidos por autoridades del gobierno ya que ellos estarían dispuestos a colaborar para orientar a las comunidades para unir esfuerzos.
“El Estado debe involucrarse a través de los consulados, deben tener una constante participación, que no se queden cómodos en sus oficinas y que informen a las comunidades de que están en una situación difícil y que —Trump— no se va a andar con contemplaciones”, indicó.
La Hora consultó con el equipo de comunicación de la vicepresidenta Karin Herrera —quien preside la Autoridad Migratoria Nacional— acerca de los planes hay para atender las posibles deportaciones masivas, pero no hicieron llegar ninguna respuesta.
Recientemente, el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Santiago Palomo, dijo que el Gobierno trabaja en un plan para atender las posibles deportaciones en masa y que se dará información importante en “los siguientes días”. Además, destacó que hoy en día Guatemala es visto como un socio confiable para EE. UU.