Por Grecia Ortíz
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La incidencia en la muerte de menores de edad en hechos de violencia no disminuye, de acuerdo a estadísticas ofrecidas por el Refugio de la Niñez, que señala que hasta diciembre la cifra asciende a un total de 644 víctimas, mientras que en 2014 se registraron en 638. Las causas más frecuentes de las muertes son por arma de fuego y arma blanca, señalan los informes de la organización social.

Dos menores, de unos 13 y 15 años, fueron localizados fallecidos el pasado sábado por Bomberos Municipales, en una cuneta entre la zona 10 de Mixco y la colonia Las Charcas, de la zona 11 capitalina

Según los socorristas ambos menores fueron decapitados y el reporte de la Policía Nacional Civil (PNC), confirmaba que los cuerpos presentaban heridas cortantes.

Mientras ayer, de nuevo los socorristas acudieron al lugar, luego que fueran localizados dos cráneos humanos, de un hombre y mujer, que de acuerdo a la PNC se presume podrían pertenecer a los cadáveres localizados.

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses Inacif, informó que aún no se puede afirmar que los restos encontrados pertenezcan a los cadáveres que aún permanecen como XX, pues deben practicarse algunos análisis para determinarlo.

Asimismo el Inacif, detalló que la causa de muerte fue por múltiples heridas producidas por arma blanca en el tórax y abdomen.

PÉRDIDA DE SISTEMA PRIMARIO DE PROTECCIÓN

El director del Refugio de la Niñez, Leonel Dubón, comentó que la cifra de más de 640 muertes en niños, niñas y adolescentes durante este año es un tema preocupante.

“La causa predominante sigue siendo el arma de fuego, como la principal causa de muerte violenta de los menores. En cuanto a los dos cuerpos que aparecieron decapitados que no tenían las cabezas y que hasta el día de ayer fueron encontradas, es un poco la forma en como lamentablemente se viene actuando en contra de la niñez en el país”, afirmó.

Para Dubón existe una pérdida del sistema primario de protección, pues mucha de la violencia incluso se presenta en el círculo familiar y sobre ese tipo de casos opinó que muestran un patrón que tendría la implicación de grupos delictivos organizados.

A criterio de Dubón, los meses más violentos para la niñez y adolescencia son usualmente octubre, noviembre y enero, que podría ser debido a los períodos prolongados de vacaciones, en donde más posibilidades hay que sean absorbidos por estructuras criminales.

Mario Polanco, director del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), opinó que la agresión hacia los menores, se ha convertido en un asunto “grave”, pues desde el Estado no hay política que garantice los derechos de este sector de la población. “los jóvenes están al margen de cualquier política pública o del Estado”, indicó.

Mientras para Gloria Castro, de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), las cifras de muertes registradas estarían relacionadas a los altos niveles de violencia que hay en el país en donde los menores han sido impactados especialmente en el derecho a la vida.

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