La televisora árabe ‘Al Mayadeen’ reportó el pasado 15 de diciembre, que la Fuerza Aérea israelí realizó nuevos bombardeos a instalaciones militares en el sur, centro y el oeste de Siria, en un contexto geoestratégico muy explosivo, con una inestabilidad política y social a causa de la caída del Gobierno de Bashar Asad, incrementando la tensión con Rusia, Irán, Turquía y otros países de Oriente Medio.
La cadena informó que se escucharon fuertes explosiones en las provincias de Tartús y Latakia, en el oeste de Siria, y también en sitios de las gobernaciones de Hama y Homs, en el centro del país.
El 14 de diciembre, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, dijo que las acciones militares en Siria responden a la intención de garantizar la seguridad de su país.
«Estamos aquí para defender a lo largo de la frontera en los Altos del Golán, el norte de los Altos del Golán y el Monte Hermón. Aquí había un país que era un Estado enemigo, su ejército se derrumbó, y existe la amenaza de que elementos terroristas puedan llegar hasta aquí», declaró el alto mando militar.
«Los preparativos a lo largo de toda la frontera, desde el monte Hermón hasta el punto de encuentro de las fronteras israelíes, Siria y Jordania, son preparativos correctos, buenos preparativos, su propósito es también hacer muchos cambios, aquí tienen toda la asistencia militar necesaria, aquí hay una excelente acumulación de fuerzas», dijo Halevi.
Conforme a los reportes de la cadena Al Mayadeen, tropas israelíes también han avanzado por tierra y ampliaron su ocupación de aldeas y tierras en el sur de Siria.
De acuerdo con los reportes, las fuerzas israelíes se dirigen a controlar la ciudad de Al-Muallaqa, en el sur de Siria, donde está ubicada la cuenca de Yarmuk, la fuente de agua dulce más importante de esa zona de la nación árabe.
La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimó que alrededor de un millón de refugiados podrían regresar a Siria entre enero y junio de 2025. Llamó a los Estados a no tomar “decisiones drásticas” al momento de solucionar el posible tránsito de exiliados sirios por sus territorios.
Rema Jamous Imseis, directora de la ACNUR, subrayó que la crisis humanitaria en Siria no ha terminado. Aseguró que en las últimas semanas se han registrado alrededor de un millón de desplazamientos internos y que un “importante porcentaje de la población sigue necesitando asistencia”.
Por su parte, Estados Unidos confirmó ayer que sigue vigente la recompensa de hasta 10 millones de dólares ofrecida por la captura de Abu Mohammad al-Julani, jefe del grupo Hayat Tahrir al-Sham (antiguo Frente Al Nusra) quien encabeza el nuevo gobierno insurgente de Siria.
«No voy a entrar en hipótesis, pero la recompensa por justicia que hemos ofrecido sigue siendo válida y pendiente», afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
A su vez, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, ratificó durante una reciente visita a Turquía el compromiso de su país con una transición política responsable en Siria, y ofreció facilitar el flujo de asistencia humanitaria.
Las facciones armadas que tomaron el poder en Siria encomendaron la formación de un gabinete de transición a Mohammed Bashir, hasta hace poco jefe del autoproclamado Gobierno de Salvación Nacional.
La Comisión Siria de Negociaciones (fuerza opositora) instó al Gobierno provisional de ese país a convocar una conferencia nacional para redactar una nueva Constitución, según declaraciones del presidente del organismo, Bader Jamous.
«Pedimos la formación de un gobierno nacional de transición inclusivo que represente a todos los segmentos de la sociedad siria, incluidos los revolucionarios, los políticos y la sociedad civil, con garantías para la participación de las mujeres y los jóvenes», añadió. Además, subrayó la importancia de celebrar un referéndum sobre la Constitución para garantizar elecciones libres y abiertas bajo la supervisión de la ONU.
Mientras tanto, la Comisión de Investigación para Siria de la ONU pidió a todas las partes en conflicto que protejan a la población civil, que traten humanamente a los excombatientes que hayan depuesto las armas y que salvaguarden las pruebas de crímenes de derechos humanos a partir de 2011 para que pueda haber rendición de cuentas.
Los expertos de la Comisión pugnaron por el cumplimento del derecho internacional humanitario y de las leyes de derechos humanos en el país y llamaron al gobierno provisional y a todos los actores políticos a garantizar que sus fuerzas eviten la violencia y se ajusten a la legalidad.
La Comisión aseveró que Israel ha violado la soberanía y la integridad territorial de Siria con los más de 500 bombardeos y el avance de sus fuerzas más allá de la zona establecida por el Acuerdo de Separación de mayo de 1974.
Además, refirió decenas de bombardeos estadounidenses a presuntos objetivos de Daesh desde el 8 de diciembre, e informó que Turquía ha reportado ataques aéreos en el noreste contra objetivos vinculados a las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos.
Ante la continuación de esta violencia armada y el reciente desplazamiento de más de un millón de personas, la Comisión urgió una vez más a un alto el fuego nacional respetado por todas las partes en conflicto “incluidos todos los Estados”.
Es urgente que la comunidad internacional en pleno trate de apagar este polvorín formado en Siria pues, con varios Estados involucrados que cuentan con armas atómicas, una conflagración nuclear es tan indeseable como posible.