El martes 10 es el Día de los Derechos Humanos. No para felicitarnos, sino para evaluarnos, si desde nuestro espacio de familia, amigos, trabajo, en la calle, en el bus. Hemos respetado los derechos de las otras personas.
Una evaluación sincera sin pretextos y una firme decisión por enmendar las palabras, los gestos los moditos y la discriminación de cualquier forma es el mejor legado para la humanidad que podríamos tener como un propósito para de aquí en adelante o del año nuevo.
Miles de personas sufren discriminación, malos tratos, esclavitud y violencia a lo largo y ancho del planeta, pero si cada uno tomamos conciencia de ello y buscamos cambiar, viviremos en un mundo mejor.
Este 10 de diciembre también finaliza la campaña de 16 días contra la violencia femenina. Y me ha dado gusto enterarme que en una escuela de primaria los niños recibieron pláticas para evitar este tipo de violencia.
Porque si formamos a los niños de una manera distinta a como se formaron las generaciones del siglo pasado con el machismo en la mano, el cerebro y el corazón, definitivamente el activismo para eliminar la violencia contra las mujeres dará su fruto.
Y es que la violencia contra las féminas no conoce barreras de edad, posición social, política o cultural, lo vemos en muchos espacios.
Pero se que pese a tener una sociedad aparentemente más desordenada, o desenfrenada, me ha dado gusto ver en las oficinas del INGUAT rótulos que desestiman la discriminación femenina y motivan a buenos tratos.
De la misma manera sea llevado a cabo talleres con los pacientes de la consulta externa del Hospital de Policía Nacional Civil. Buscando el tipo de violencia y violación al derecho humano que más se ejerce sobre las distintas etapas dela vida de las mujeres. Para entrar en conciencia del conocimiento en las charlas.
Y tratar de evitar que ocurran situaciones como la de la niña de 8 años Alicia Esperanza salió de su casa en San Andrés Itzapa/Chimaltenango a comprar pan como todos los días, pero no regresó. Siendo encontrada fallecida en un matorral a cuadra y media de su casa, dos horas y media después.
Los maestros y vecinos la definen como un “Ängel de Dios,” muy humilde tranquila, y obediente. Habiendo sido abanderada de su escuela este año.
Este suceso como otros similares, debe llamar a la reflexión de los padres y evitar que niñas y niños pequeños salgan solos de sus viviendas, aunque sea a sitios cercanos.
Porque si bien la culpa es de quien realizó el crimen el dolor es para la familia, especialmente para los padres. Por lo que hago un llamado a no dejar a los niños salir solos, a no dejarlos con un varón aunque sea familiar, porque la televisión y el internet muestran cada día casos de abuso, que tienden a ser imitados.
La Organización Mundial de Derechos Humanos expresa que generalmente el abusador es un conocido de la víctima.