Vecinos utilizan chaquetas para protegerse de la lluvia mientras evacúan sus casas en Santa Ana, provincia de Cagayán, en el norte de Filipinas, mientras el tifón Usagi se aproxima el jueves 14 de noviembre de 2024. Foro: La Hora/AP
Vecinos utilizan chaquetas para protegerse de la lluvia mientras evacúan sus casas en Santa Ana, provincia de Cagayán, en el norte de Filipinas, mientras el tifón Usagi se aproxima el jueves 14 de noviembre de 2024. Foro: La Hora/AP

La quinta gran tormenta en tres semanas azotó el jueves el noreste de Filipinas, y provocó más evacuaciones masivas y una solicitud de fondos de emergencia por parte de las Naciones Unidas para ayudar al gobierno a aliviar la difícil situación de los vecinos rurales más afectados.

El tifón Usagi, lamado Ofel en Filipinas, mostraba vientos sostenidos de hasta 175 kilómetros por hora (109 millas por hora) y ráfagas de hasta 240 km/h (149 mph) cuando impactó en el pueblo costero de Baggao en la provincia de Cagayán, en el extremo norte de Luzón, la región agrícola más poblada del país.

El tifón se dirigía hacia el noroeste y se preveía que se alejaría durante la noche hacia el sur de Taiwán.

Otra tormenta se estaba gestando en el Pacífico y podría golpear el norte de Filipinas este fin de semana, según los meteorólogos.

La agencia meteorológica del país advirtió sobre marejadas ciclónicas potencialmente mortales de más de tres metros (casi 10 pies) en áreas costeras de Cagayán y otras siete provincias cercanas y grupos de islas, e instó a todos los barcos a permanecer en puerto o buscar refugio inmediatamente.

El tifón Toraji se alejó del norte de Filipinas hace apenas dos días después de provocar inundaciones, derribar líneas eléctricas y obligar a más de 82.500 personas a evacuar sus hogares.

El gobierno ha tenido dificultades para lidiar con el impacto de las últimas cuatro grandes tormentas, que dejaron al menos 160 muertos, desplazaron a millones y devastaron tierras de cultivo e infraestructura, principalmente en la región norteña de Luzón.

El gobierno del presidente Ferdinand Marcos Jr. ha gastado más de 1.000 millones de pesos (17 millones de dólares) en alimentos y otra ayuda para cientos de miles de víctimas de las tormentas, dijo la secretaria asistente de Bienestar, Irene Dumlao.

El secretario de Defensa, Gilberto Teodoro, quien supervisa los esfuerzos de respuesta a desastres, solicitó la ayuda de países vecinos como Singapur, Indonesia, Malasia y Brunéi para conseguir más aeronaves que lleven alimentos, agua y otra ayuda a aldeas aisladas por las tormentas. Estados Unidos, un viejo aliado de tratado de Manila, desplegó aviones de carga con alimentos y otra asistencia.

El Equipo Humanitario de País de la ONU en Filipinas dijo que buscaba reunir 32,9 millones de dólares para ayudar al gobierno a prestar asistencia a unas 210.000 personas en necesidad crítica de ayuda y protección, especialmente mujeres, niños y personas con discapacidades, durante los próximos tres meses.

“Filipinas enfrenta una temporada de ciclones tropicales excepcionalmente desafiante, con ciclones sucesivos que golpean ubicaciones y escalas sin precedentes”, dijo el equipo de la ONU en su plan de emergencia. “Las autoridades locales, que a menudo están afectadas ellas mismas, se ven abrumadas mientras responden simultáneamente a la crisis y coordinan los esfuerzos de rescate para las familias afectadas.”

Filipinas registra unos 20 tifones y tormentas tropicales cada año. También suele sufrir terremotos y tiene más de una docena de volcanes activos, lo que la convierte en uno de los países más propensos a desastres del mundo.

En 2013, el tifón Haiyan, uno de los ciclones tropicales más fuertes registrados, dejó más de 7.300 muertos o desaparecidos, arrasó aldeas enteras y causó que barcos encallaran y se estrellaran contra casas en el centro de Filipinas

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