Marco Tulio Trejo Paiz

Indudablemente, el expresidente de Uruguay, José Mujica, dejó plausible ejemplo de actuaciones positivas cuando visitó nuestro país hace algunos meses; puso énfasis en la conveniencia de manejar honestamente la cosa pública.

Estando en el poder como presidente constitucional del bello país sudamericano, adoptó importantes medidas de buen gobierno en varios aspectos.

De entrada rebajó sueldos de los funcionarios de diversas categorías y predicó con el ejemplo, admirado y apoyado por el pueblo.

Aquí, el gobernante electo, Jimmy Morales, anunció la rebaja del sueldo que devengará; donó más de un millón de quetzales al Hospital Roosevelt.

También algunos funcionarios de alto rango redujeron sus emolumentos. ¡Buenos gestos!

Es de hacer notar que el presupuesto nacional es como un “siguán” que se traga alrededor del setenta por ciento de dicho presupuesto. ¡Una enormidad!

Ese elevado porcentaje presupuestario y la galopante corrupción han tenido una incidencia deplorable en la obra de regímenes gubernamentales que han enriquecido de la noche a la mañana, como quien dice, a los políticos enquistados en el abultado panal de rica miel…

El nuevo presidente que posesionará el 14 de enero próximo, Jimmy Morales, no debe andarse con titubeos para poner en justo nivel los sueldos de los burócratas de las diferentes categorías, sobre todo de las de alto nivel, medida con la cual podrá hacer frente exitosamente a los problemas y necesidades del país y de los gobernados.

Conviene reducir en todo lo posible ciertos gastos onerosos que impiden un trabajo de gobierno de considerable magnitud, y mejor si se suprimen o se dejan algunos justificables.

Quienes han estado maniobrando el timón de la nave han abusado a más no poder de los viajes como de placer que realmente no deja nada positivo para esta pobre patria nuestra.

Los encumbrados funcionarios tienen sueldos estratosféricos y todo lo demás, hasta de sobra, que pueden ambicionar hasta el hartazgo.

Juan Pueblo dice: Ya no más abusos de los mandamases; que se conformen con los sueldazos y con toda una sarta de injustificadas granjerías.

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