El elevado costo de las medicinas en Guatemala tiene repercusiones en las familias, que deben ingeniárselas cuando enfrentan una enfermedad dado que ese tipo de gastos no es una opción, sino una necesidad y a veces una urgencia.
Si bien, los servicios de salud públicos son gratuitos, no lo son las medicinas. La Hora pudo documentar que el precio de estas en El Salvador es hasta 185% menos que en Guatemala, luego de comparar 10 productos que regularmente son prescritos en el país. Estos medicamentos se compraron en El Salvador y se cotizaron en Guatemala.
Si una persona necesita comprar estos productos gastaría Q1 mil 876.55 en el vecino país y en Guatemala por estas medicinas, en las mismas marcas y presentaciones, tendría que pagar Q3 mil 927.48, un poco menos de lo que gasta una familia para satisfacer sus necesidades alimentarias en un mes.
La más reciente medición del Instituto Nacional de Estadística (INE) detalla que el costo por persona, de la canasta básica alimentaria urbana (CBAU) alcanzó en septiembre pasado Q893.42. Si este valor se multiplica por 4.55, el promedio de integrantes por familia de acuerdo con el Censo 2018, da como resultado un gasto mensual de Q4 mil 65.06.
De igual forma, el gasto de la canasta ampliada urbana (CAU) mensual para una familia alcanzó, también en septiembre pasado, Q9 mil 841.51. Esta se compone de un conjunto de bienes y servicios que satisfacen las necesidades de un hogar, incluyendo —además de la alimentación— productos como ropa, calzado, vivienda, mobiliario, comunicaciones, transporte, recreación, educación y salud.
Golpe al bolsillo: medicinas en Guatemala hasta 185% más caras que en El Salvador
El gasto en Guatemala de las 10 medicinas que fueron objeto de la comparación representa el 40% de la CAU.
PRECARIEDADES
Pero más allá del costo de las canastas alimenticia y ampliada, es bien sabido que las condiciones de pobreza y pobreza extrema golpean a gran parte de la población, lo cual contrasta con el elevado precio de los medicamentos.
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) que se levantó el año pasado y fue presentada en agosto de este año, detalla que el 56% de la población guatemalteca vive en situación de pobreza, prácticamente uno de cada dos habitantes.
El resultado de la ENCOVI 2023 reflejó una leve disminución del 3.3% de la pobreza, en relación con la ENCOVI 2014, cuando el número se situaba en 59%. Sin embargo, esto significa que en Guatemala hay por lo menos 9 millones 700 mil pobres.
De este porcentaje, un 16.2% vive en pobreza extrema, definida como el consumo por debajo del umbral mínimo necesario para cubrir necesidades alimentarias básicas, según las estadísticas recolectadas por el INE.
Ni los que viven en situación de pobreza extrema ni en pobreza, logran cubrir sus necesidades alimentarias, mucho menos sus requerimientos en cuanto a educación, salud y otros servicios esenciales.
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— Diario La Hora (@lahoragt) October 28, 2024
La posibilidad de acceder a bienes y servicios, incluida la salud, es más difícil para las familias del área rural donde el porcentaje de personas en situación de pobreza alcanza el 66.3%.
Los departamentos más afectados por la pobreza son, en este orden, Alta Verapaz, donde esta afecta al 90.3% de sus habitantes; Quiché, 86.4%; Huehuetenango, 81.2%; Baja Verapaz, 80.2% y Jalapa, 80%.
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En todos estos departamentos, solo 1 o 2 de cada 10 personas no son pobres.
En contraparte, el departamento de Guatemala, con 21.6% de sus habitantes en situación de pobreza, es el menos golpeado, seguido de Sacatepéquez, 38.7%, y Escuintla, 39.1%.
El indicador, prácticamente, no ha variado en los últimos 23 años. En el 2000 el porcentaje de pobreza se situó en 56.4% y en 2006 bajó al 51.1%. De igual forma, en estos años la pobreza extrema tampoco muestra variaciones sustanciales ya que, en el 2000 el indicador se situaba en 15.7% y en la ENCOVI del año pasado se situó en 16.2%.
ELEVADO COSTO DE MEDICINAS
El pasado 24 de octubre La Hora publicó un reportaje en el cual comprobó que el costo de las medicinas puede llegar a costar en Guatemala el doble o hasta casi el triple que en El Salvador.
Un equipo de este medio viajó a ese país donde compró 10 medicamentos recetados en Guatemala para padecimientos relativamente comunes, como diabetes, hipertensión, dolores, trastornos de la tiroides, fiebre y otros. El resultado fue que todos son más baratos en El Salvador, desde 100% hasta el 185% menos.
De acuerdo con expertos consultados por La Hora, en El Salvador y Guatemala, los motivos pueden ser variados, desde no contar con una entidad que monitoree los precios, la falta de una ley de competencias, hasta el hecho de que las instituciones públicas que compran medicamentos lo hacen a precios tan caros que las farmacéuticas no puede vender más barato a las cadenas de farmacias.
En opinión de Nuria Mejía, analista en salud de la Coordinadora Nacional de Oenegés y Cooperativas (CONGCOOP), en Guatemala hay “demasiado libre mercado” y el Estado no tiene capacidad para controlar el mercado de los medicamentos.
Como consecuencia de los precios elevados dijo que las personas se ven en la necesidad de limitar el consumo de los medicamentos que necesita y si, por ejemplo, tienen que tomar una medicina todos los días, lo hace un día sí y otro no, o si la receta dice tres tabletas al día, toma dos o solo una.
“Esto tiene un impacto negativo en la salud de las personas y si tienen enfermedades crónicas su situación empora”, hasta el punto de correr el riesgo de morir, señaló.
Las empresas que comercializan medicinas son, según su juicio, “son demasiado voraces y el enfoque de la salud como mercancía no les permite ser sensibles a las necesidades de la población, y la institucionalidad pública no tiene la capacidad para ponerle un alto a esta situación”.
CAUSA DE MUERTE
El médico Hugo Icú, director de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (Asecsa), expuso que el elevado costo de los medicamentos repercute directamente en la salud de las poblaciones en el área rural, donde los índices de pobreza son más elevados.
Muchas de las medicinas son inalcanzables para el bolsillo de las familias, incluso para tratar males comunes, más aún cuando se trata de enfermedades más complejas que requieren de medicinas más especializadas.
El problema, recalcó, es que el elevado costo de los medicamentos en general ha causado muertes. «Sin ir tan lejos, una infección respiratoria en un niño, sin medicinas para tratar la enfermedad en la primera fase, puede pasar a los bronquios y volverse una bronquitos y una pulmonía, ahí ya estamos ante la posibilidad muerte», indicó.
Icú añadió que sucede lo mismo en los casos de desnutrición aguda, en donde la muerte puede ocurrir si el paciente no tiene acceso a medicamentos paliativos. También en cuadros de problemas crónicos como diabetes, enfermedades renales o afecciones cardíacas.
El médico dijo que en Asecsa también han hallado medicinas que en Guatemala cuestan hasta 10 veces más que en otros países, por lo cual, llamó a las autoridades ha solucionar este problema.
«El problema es permanente, debe dársele alguna salida o solución, con políticas claras para que evitemos muertes y tengamos una población más sana», puntualizó.