“Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes.” José Enrique Rodó
Los seres humanos, contamos la misma historia desde prismas diferentes, dependiendo del lugar que hayamos ocupado en ella, por lo que podemos en algunos casos, recordarla diferente, pero lo importante es recordarla, para que no se repita.
Muchos tenemos la convicción de que, en la época del gobierno de facto de Ríos Montt, él fue si no, el asesino intelectual de muchas personas que no pensaban igual que él, si, por lo menos cerró los ojos y cogió la biblia, con lo que la acción y la omisión serían iguales, mientras otros consideran él que libró al país de caer en los brazos del comunismo, lo importante es que en la época que gobernó de facto la limpieza social, tanto como los crímenes políticos sucedieron día con día, sumado a los crímenes de lesa humanidad que destruyeron parte de la población del interior, lo que es una verdad como un templo.
Lo mismo sucede con la historia, es parecida a un jardín japonés, en el que existen tantas piedras como percepciones tenemos de los hechos, y depende del lugar en el que nos encontremos observando un acontecimiento, así vemos un número diferente de piedras, además las vemos más grandes o pequeñas, y más o menos rústicas.
Un hecho del que la mayoría de los guatemaltecos, tenemos parecida si no la misma percepción es la Revolución del 20 de Octubre de 1944, momento crucial que marcó un antes y un después de nuestra historia, suceso que hoy necesita ser tanto recordado como reivindicado, porque en ochenta años, en el país han sucedido acontecimientos que nos han hecho retroceder en derechos fundamentales, gracias a sucesos como los Golpes de Estado, que fueron una constante en muchos países como el nuestro, durante la segunda parte del siglo pasado, y que durante este siglo se han querido repetir, ya no por parte de los ejércitos, se han utilizado otros medios, pero la intención es la misma: Mantener a la población en estado de incertidumbre para que no avance, y los grupúsculos de poder se mantengan, con la diferencia que tienen nuevos compañeros de viaje como el crimen organizado, que se ha hecho un hueco importante detrás del poder real, unión de hecho de la que no se puede esperar nada bueno.
Los motivos por los que se llevó a cabo la revolución siguen vigentes, con nuevos elementos y actores, así como un contexto más complicado, pero vigentes, con parte de las instituciones del Estado colonizadas por caciques, que mueven los hilos para que cueste más lograr el tan deseado bien común, entre otros, para que los niños tengan un futuro dentro de un mundo que tiene cada día menos fronteras digitales, aunque las físicas parecen estar más fortalecidas.
El ser humano se encuentra siempre de uno o del otro lado de la cara de la moneda en la vida, y asimismo percibirá lo que sucede, lo mismo sucede con las ideologías cuando estas son extremas, por ejemplo en Guatemala, se ha identificado a la derecha con el poder económico, cosa más que cierta, aunque existen sus excepciones, y a la izquierda no la tienen plenamente identificada, probablemente porque se ha ido modificando de acuerdo a los cambios sociales mundiales.
La historia de nuestro país ha sido de contrastes, que con el paso del tiempo se han acentuado, en el que las clases tradicionales han detentado el poder, pero que hoy el mismo es compartido por grupos paralelos, que quiera o no con el alto grado de corrupción que vive el país crece aún más.
Y esta última parte también es encontrarse de uno u otro lado de acera, se quiera o no, siempre nos encontraremos de un lado o del otro, lo que nos enriquece más cuando el debate es con argumentos y respeto.
Lo importante es que las ideologías están ahí, y nos hacen vivir en nuestra parcela, con creencias cimentadas, pero no con las trasnochadas, ya que el mundo ha cambiado, y con él, nosotros.