Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Aparte de todo el berenjenal político en que vivimos y que nos tiene hastiados hasta la coronilla, se suma a la problemática nacional la posible suspensión de labores por parte de quienes realizan los servicios de limpieza en la ciudad de Guatemala y en treinta y dos municipios de la jurisdicción del vertedero de Autoridad para el Manejo Sustentable de la cuenca y del lago de Amatitlán denominado AMSA con lo cual se agudizaría una situación que afectaría directamente la salud de los guatemaltecos.

Los diferentes empresarios y asociaciones de Recolectores de desechos de ciudad Guatemala anunciaron que a partir del día ocho del presente mes irían al paro de labores, es decir, la suspensión del servicio como medida de protesta ante la Municipalidad de Guatemala y solicitaron la intervención directa del alcalde capitalino para la exposición, análisis y resolución de los problemas que origina esta acción por parte de los trabajadores de la limpieza.

Las reuniones con diferentes instancias relacionadas con este servicio no fructificaron en un principio por lo que, se realizó una última reunión para solucionar el problema que consistió en que, sí la municipalidad no reducía el tiempo de espera para la descarga de los desechos transportados desde todos los puntos de la ciudad y de algunos municipios aledaños hacia el vertedero de la zona tres, paralizarían el servicio. El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales indicó que el vertedero de la zona tres, conocido popularmente como el basurero de la zona tres, ya superó su vida útil.

Los denunciantes indicaron que la municipalidad de Guatemala tiene suficiente maquinaria para realizar las tareas de compactación de los desechos y al no estar trabajando se prolongaba por varias horas el tiempo de espera para descargar y que, legalmente logró prolongar el proceso de cierre del vertedero de la zona tres al encontrar un vacío legal en el Reglamento de Evaluación Control y Seguimiento Ambiental.  En hora buena la solución encontrada.

Igualmente, por su parte, la Gremial de Recolectores que realizan su trabajo en el Vertedero de AMSA ubicado en el kilómetro veintidós de la Carretera al Pacífico, indicó que los camiones han tenido problemas con el ingreso y descarga de los desechos, debido a la falta de maquinaria, pues ya que solo hay una máquina para ejecutar la descarga de los casi trescientos camiones que llegan y, además, no pueden estacionarse en la carretera pues son multados por la policía de tránsito.

La espera de hasta cuatro o cinco horas para ingresar y descargar es mucho tiempo aparte que, el pago de sesenta quetzales por camión descargado les da derecho a exigir una pronta solución por parte de las autoridades de AMSA la cual por medio de un comunicado indicó que por ser época de lluvia el proceso es más lento y se extendió el tiempo de recepción y descarga de los camiones.

Más vale prevenir que lamentar, dicho muy cierto que se puede aplicar en esta situación; además, la población que paga impuestos tiene derecho a que las municipalidades intervengan y solucionen esos conflictos, pues a ellos y sus corporaciones se les paga jugosos salarios o sueldos para que trabajen en pro de su comunidad, aldea, municipio o ciudad.

La crisis de la recolección de basura vivida en Quetzaltenango, la multa impuesta a la Municipalidad de La Antigua Guatemala; la basura del municipio de Coatepeque que principió a ser vertida sin autorización en un terreno particular y ahora es municipal; en Huehuetenango ningún municipio da tratamiento técnico a los vertederos que tienen; en Santa Rosa se detectaron más de cien vertederos clandestinos y solo dos tienen autorización para funcionar, pero sin la clasificación de residuos adecuada.

¿Nos ahogaremos en la basura o habrá soluciones?

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