Juan Francisco Reyes López
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En la siguiente elección, de forma categórica y contundente, triunfó el Frente Republicano Guatemalteco, quedando electos en una segunda vuelta, por más del 68% de votos, el binomio presidencial Alfonso Portillo y Juan Francisco Reyes y 63 diputados encabezados por Efraín Ríos Montt, de un total de 120, por lo que, tanto el Ejecutivo como el Legislativo pertenecían a una misma fuerza política. Esto hizo factible el control y en parte la reducción de los precios de la canasta básica alimenticia, lo que benefició al consumidor y sigue siendo recordado.
Se establecieron salarios mínimos justos, en cuatro distintas oportunidades se aumentaron los salarios mínimos, lo que elevó en un 60% dichos salarios, incluso, el salario urbano y el agrícola llegaron a ser prácticamente uno solo. La bonificación salarial pasó de Q50 a Q250 y se creó la tarifa eléctrica social para evitar que los consumidores domiciliarios de 0 a 300 kilovatios por mes se vieran obligados a no tener un subsidio temporal, directo y calificado.
Ningún miembro del Gabinete General fue propuesto, mucho menos representante de la cúpula económica del país, todo ello significó que Alfonso Portillo y el gobierno del FRG merezcan a la fecha en las encuestas de opinión más del 60% de la simpatía de los ciudadanos.
A continuación el gobierno que fue electo fue el de Óscar Berger como presidente y Eduardo Stein como vicepresidente. Como el mismo Berger lo manifestó, fue un gobierno empresarial, donde la mayoría de los ministros, ejemplo Gobernación, Carlos Vielmann y Relaciones Exteriores, Jorge Briz, eran expresidentes de Cacif y expresidente de la Cámara de Industria y de Comercio. Por ello, su gestión fue la de proteger y enriquecer aún más a la cúpula económica del país sin reducir la pobreza.
A continuación fue electo presidente Álvaro Colom y vicepresidente Rafael Espada, gobierno que se autocalificó de socialdemócrata; su gestión no produjo mejoras salariales o distribución de la riqueza, empobreció más a la mayoría guatemalteca, el único mérito que debe reconocérsele es el de los programas creados y dirigidos por Sandra Torres de Colom, quien prácticamente actuó como primer ministro, anulando al vicepresidente y en parte al presidente.
El gobierno que los remplazó fue el del Partido Patriota, siendo presidente Otto Pérez Molina y vicepresidenta Roxana Baldetti, quienes recibieron más de Q500 millones en sus campañas provenientes de la cúpula económica, integrada por las familias Gutiérrez-Bosch; a cambio de esas contribuciones político-económicas aumentaron los precios de la canasta básica alimenticia y recibieron enormes privilegios y beneficios para desarrollar sus inversiones en hidroeléctricas y telefonía celular. Como es sabido, este binomio presidencial se encuentra detenido guardando prisión preventiva, acusados por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, de múltiples delitos, apropiación de impuestos, tráfico de influencias y enriquecimiento personal inusitado.
¿Qué será el nuevo gobierno? «Del pueblo para el pueblo» o de nuevo un subordinado de la cúpula económica, donde se mantenga una elevada canasta alimenticia, salarios injustos, mala educación y salud. La respuesta la veremos en el esperado nuevo Gabinete que por fin nombre Jimmy Morales.
¡Guatemala es primero!