Con el paso de los años, la migración irregular se ha convertido en un desafío social y global para cada uno de los gobiernos en la ruta migratoria, que buscan alcanzar la frontera sur de Estados Unidos, un tema que exige ser abordado desde el consenso y la determinación de los gobiernos en forma integral de países afectados y causales.
Estados Unidos ha promovido la Declaración de Los Ángeles en el 2022, en el que una veintena de gobiernos y sus representantes se comprometieron a trabajar, ante el creciente flujo migratorio que se ha dado desde el 2020 a la fecha, en la que en la frontera sur de dicho país, han sido capturados más de 8,2 millones de migrantes de diversas nacionalidades.
La alarmante cifra de migrantes capturados en la frontera sur de Estados Unidos, en el año fiscal 2023, dio como resultados 3,201,144 migrantes detenidos, de los cuales 137,994 fueron menores no acompañados, siendo los procedentes de Guatemala, los que ocupan el primer lugar en capturas con 49,478 detenciones, lo que debe ser una vergüenza para funcionarios vinculados al tema migratorio en el país, de no poder desarrollar programas de generación de empleo y desarrollo en forma coordinada con otras instituciones, mostrando la incapacidad en los puestos que desempeñan.
A la vez, las cifras de las unidades familiares que fueron detenidas, en primer lugar se encuentran los venezolanos con 181 mil 62; mexicanos con 160 mil 136; hondureños con 97 mil 641; y en el caso de los guatemaltecos con 87 mil 317, muestra que se está perdiendo el potencial humano del país y no se hace nada por retenerlo generando empleo y desarrollo.
No se han visto logros concretos para frenar la migración, a pesar que miles de millones de dólares, han sido proporcionados a diversos países para mermar la migración, pero se desconoce el número de beneficiarios, áreas de inversión, número de proyectos, requisitos para poder optar a los mismos y una auditoría efectiva, para evitar el fracaso del Plan Alianza para la Prosperidad promovido en Guatemala, Honduras y El Salvador años atrás impulsado por la administración demócrata de Barack Obama y que estuvo a cargo Joe Biden, como vicepresidente.
En el caso de los gobiernos de Panamá, han enfrentado el problema de la migración, con brindar paso libre a más de 550,000 migrantes que atravesaron el Tapón del Darién en el 2023, para continuar su ruta migratoria hacia Estados Unidos; situación que cambió con el gobierno recién instalado de Raúl Mulino, quien suscribió con el gobierno estadounidense, establecer repatriaciones vía aérea de migrantes en situación irregular que ingresan a dicho país, iniciando vuelos de retorno a sus países de origen.
Panamá es un punto clave debido a que las circunstancias geográficas le obligan a actuar con mucha más urgencia que otros países, por ser la puerta de ingreso en la ruta migratoria de cientos de miles de inmigrantes tanto de América Latina, Caribe y extracontinentales, que en el presente año se estima que son más de 300,000 los que han pasado dicha selva y atravesado Centroamérica.
Se ha denunciado que el paso del Tapón del Darién es una tragedia y su selva se ha convertido en la ruta irregular que toman los miles de migrantes que se abrazan al último de sus anhelos de poder alcanzar el sueño americano, ante la falta de empleo y desarrollo en sus países de origen o crisis política como es el caso de Venezuela, en el que más de 7.6 millones de personas han migrado a otros países; o el caso de Haití, Cuba, Ecuador, que se suman la problemática política existente, que conforman de los primeros 10 lugares en capturas de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.
Esta crisis humanitaria migratoria fue expuesta por diversos representantes de países en la reciente Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrada en septiembre recién pasado, pero el problema se debe abordar con realismo y perspectiva de futuro, con trabajo conjunto e integral de los gobiernos, para proponer generación de empleo y desarrollo en los países expulsores de migrantes, de no hacerlo, el flujo migratorio continuará imparable y en crecimiento constante.
Los gobiernos estadounidense y panameño han mostrado que trabajan en conjunto a través de cerrar 6 de los principales pasos migratorios clandestinos, colocar alambradas con púas para dificultar el paso de migrantes, tiene como objetivo frenar la migración, pero que la necesidad de los migrantes, hacen que busquen nuevas rutas y arriesguen más el perder la vida en su intento de llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
A pesar que se han establecido vuelos de repatriación y deportación de inmigrantes en situación irregular, la iniciativa se ha entorpecido debido a la crisis diplomática existente entre Panamá y Venezuela, país de donde huye su gente por la dictadura de Maduro, agravada posterior a las elecciones cuestionadas recién efectuadas, y con base a encuesta realizada en dicho país, un 40% de la población tiene pensado salir de Venezuela en el corto tiempo.
La decisión de frenar la migración en Panamá ha sido “ respaldada” por el presidente colombiano, Gustavo Petro, al sumar apoyo a la propuesta del gobierno de Mulino que busca construir una única ruta migratoria, controlada por ambas naciones que comparten frontera. Recordemos que también se han creado nuevas rutas de traslado de migrantes, por vía marítima, saliendo de Colombia a la Isla de San Andrés y luego a Nicaragua, en un viaje de aproximadamente 500 millas, en las que han habido volcadura de transportes, muriendo migrantes lamentablemente.
Los gobiernos de la región centroamericana, en forma individual no han podido contener la migración, muestra de ello es que Guatemala, ha efectuado la captura de 18,602 migrantes de diversas nacionalidades al mes de septiembre del presente año, entre ellas procedentes de: China, Brasil, República Dominicana, Georgia, Bangladesh, Jordania, Ghana, Kazajstán, República del Chad, Vietnam, Camerún, República del Congo, Uzbekistán, Angola, Azerbaiyán y Benín entre otros que no eran frecuentes y ahora lo son por cientos y miles.
Lamentablemente en los países que conforman la ruta migratoria hacia Estados Unidos, no se genera la debida atención a la población migrante, constituida por menores, mujeres y hombres, por parte de los gobiernos e instituciones vinculadas al tema migratorio, ya que es más cómodo dejar que atraviesen los países y evitar realizar gastos de atención humanitaria y evitar apoyar en medidas para garantizar el trayecto de los migrantes.
Recordando las palabras del presidente Bernardo Arévalo, que hizo énfasis en la protección y respeto de los derechos de migrantes, al inaugurar la Tercera Reunión Ministerial de la Declaración de los Ángeles sobre Migración y Protección, realizada en Guatemala, que reunió a cancilleres y otras autoridades de una veintena de países de América, expresando y enfatizando que: “Cada esfuerzo para coordinar nuestras acciones, nos permite dar una respuesta más efectiva, pero, sobre todo, más humana al fenómeno migratorio. Por ello, el primer desafío de nosotros como líderes y autoridades es el reconocimiento y protección de sus derechos humanos. De su calidad de personas con dignidad”, puntualizó el presidente Arévalo al referirse a las personas migrantes en la región.
Arévalo agregó que: “El reto más grande, es que nuestras intenciones plasmadas en la Declaración de Los Ángeles se traducen ahora en expresiones concretas, en estrategias operativas para mitigar los problemas asociados a la migración desordenada e irregular”. “Que nuestras políticas y acciones estén encaminadas a proteger el bienestar de las personas migrantes y el de las comunidades que las acogen”.
Por lo que el compromiso adquirido por Guatemala, debe ser real y concreto en llevarse a cabo, pues al analizar los compromisos adquiridos en la Declaración de Los Ángeles desde el 2022, no han sido fructíferos francamente por el gobierno anterior y debe ponerse el empeño por parte del actual gobierno en trabajar en ellos, con voluntad política.
Es hora de realizar una fiscalización del cumplimiento de las funciones establecidas por parte de funcionarios vinculados al tema migratorio y tomar las medidas drásticas al no desempeñarlas efectivamente. Un tema en el que deben involucrarse los integrantes de la Comisión de Migrantes, Mujer y Menor, así como Derechos Humanos, dejando la pasividad y complacencia.
Además, es imperativo presionar a las autoridades e instituciones vinculadas al tema migratorio y de seguridad, para que se preserve el cuidado de la vida y la dignidad de migrantes que llegan de la selva del Tapón del Darién o de países centroamericanos, en un trato humano, con atención en salud básica para menores, mujeres y hombres que ingresan enfermos a Guatemala de Fiebre amarilla, dengue, deshidratación, mujeres embarazadas sin controles prenatales, con lo que se viola el derecho humano a la salud.
Debe brindarles el acompañamiento en la presentación de denuncias por parte de representantes de instituciones vinculadas al tema migratorio y de derechos humanos, que en el caso de Guatemala, deja mucho que desear su actuación, lo que es lamentable y vergonzoso.
No se puede permitir que la crisis humanitaria migratoria existente, se convierta en porcentajes y datos únicamente, como el indicar que al concluir septiembre del presente año, son más de 59,000 migrantes guatemaltecos retornados desde Estados Unidos y México, ya que son vidas que huyen de su patria en búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familias, ante la falta de empleo y desarrollo, un tema pendiente de atender adecuadamente por el actual gobierno en la generación de programas de desarrollo, es la hora de mostrar voluntad política de realizar cambios profundos en el país.