Atrás quedó en el tiempo y para la historia la celebración del mes patrio con banderas en las puertas y ventanas de las casas, en los carros y oficinas. Las vitrinas adornadas con azul y blanco y no digamos los edificios públicos, adornados e iluminados.
Ahora usamos la bandera en los estadios y nos molestamos cuando un grupo de jóvenes escolares, bajo la decisión de la dirección de su establecimiento, salen a la calle orgullosos vistiendo el uniforme de su institución y portando la bandera nacional, al desfilar.
En guerra anunciada no hay muertos, dice el dicho, muchos automovilistas salieron a la misma hora de su casa, pero se encontraron con calles y avenidas cerradas. Sonaron las bocinas, vociferaban, y su día se arruinó, porque “nadie controla esta situación”, escuché decir.
Bueno, los establecimientos educativos avisaron a la municipalidad capitalina, tan así que algunos por no alcanzar policías municipales que les cuidaran durante su recorrido, no salieron.
Los desfiles son tradiciones antiguas que hemos ido manteniendo y acoplando a nuestras sociedades modernas. Sino, recordemos los desfiles de los romanos y de los ejércitos vencedores posteriormente.
Yo me atrevería a decir que la mayoría de países del mundo tiene sus desfiles, una manera de mostrarse y de demostrar su civismo y respeto a su patria.
Claro, nuestra sociedad resquebrajada por la corrupción que ha llevado a nuevos ricos a tomar decisiones y espacios públicos, considerándose “importantes”, ven con desdén este tipo de tradiciones.
Pero así como vimos a escolares de primaria desfilar alrededor de la manzana de su escuela, acompañados por sus padres y maestros, vimos a los bebés de la Guardería TINY HEARTS, realizar un desfile y acto cívico portando una antorcha de cartón en sus carruajes, como un tierno ejemplo de Patriotismo dijo la Presidenta de la Junta Directiva de la Colonia Lourdes.
Igual supimos de jóvenes que al paso de una banda marcial recorrieron las calles de la colonia de su establecimiento educativo acompañados por sus padres y personal especialmente contratado para su seguridad manejando cuatrimotos.
Esto solo son ejemplos de una actividad tradicional en el 203 año de independencia de nuestro país, aunque no falte quienes pregunten si ante los estira y encoge entre el gobierno y el Ministerio Público realmente estamos viviendo una independencia o amparada bajo su propio Consuelo se siga privilegiando a los corruptos.
Finalmente, Feliz cumpleaños chapín en el Día de la Patria.