Mario Alberto Carrera

marioalbertocarrera@gmail.com

Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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La carta delatora aparece en el legajo ya mencionado por mí
del Archivo General de Centro América, precedida por un
papelito o “billetito” que reza: nota dirigida por Antonio
González (oficial de la secretaría del Capitán General, al
ministro don Antonio Norberto Serrano Polo) y dice así:
Reservadísimo.

“Paso a usted un papel sin firma, que acabo de recibir, de la
letra bien conocida de dn. Simón Bergaño y Villegas, en que se
hace formal denuncia de un plan de conspiración contra la
Autoridad del Gobierno. Según la gravedad de la materia y lo
que he dicho a V.S. verbalmente sobre la queja que anoche me
dieron sobre el mismo Villegas los regidores don Antonio
Juarros y José María Peynado (de que se hará mérito cuando
convenga) espero procederá vuestra señoría a todo aquello
que corresponda, noticiándome oportunamente las resultas.”
“Dios guarde a V.S. muchos años. Real Palacio, 23 de
octubre de 1808”.

Las declaraciones del propio Bergaño, el billetito o papel que
acabo de copiar y la carta que a continuación reproduciré son
prueba suficiente para dar un fallo, un juicio en torno a D.
Simón Bergaño y Villegas ¡no como literato –que eso es otra
cosa y cantar-¡, sino como posible prócer de la Independencia.
Lo curioso, lo raro y lo que llama poderosamente mi atención
es ¿cómo quienes tratan de entronizarlo a la categoría de
prócer (utilizando el mismo legajo que yo) no se dan cuenta del
papel de delator que asumió Bergaño…?

A veces pienso si no fue un grupo –un círculo político- quien
“caprichosamente” en un momento dado, no se propuso
imponerlo como prócer, quizá creyendo que nunca –o muy
remotamente- alguien se tomara la molestia de ir directamente
a las fuentes y descubrir la verdad…?

Me hago esta pregunta porque la figura de Bergaño ha sido
–como prócer- exaltada incluso en el teatro. De Huberto
Alvarado existe una obra (en la cual yo trabajé como actor
hace muchísimos años cuando quería ser hombre de teatro)
dirigido por Marco Antonio Flores y Otto René Castillo, que
tuvimos la honra de representar frente a Miguel Angel Asturias,
y que se intitula precisamente “El Conspirador”. El personaje
central de la obra de Huberto Alvarado es obviamente don
Simón Bergaño y Villegas y yo hacía el personaje de Conde
de la Rochet que, en la ficción de la obra, llega a Guatemala
como emisario de Napoleón, a promover la Independencia y
para ello conspira con Bergaño.

En la ignorancia que me corroía por aquellos años en que
quería ser actor, no me daba cuenta de que Huberto Alvarado
pertenecía a un grupo ideológico claramente marxista que
intentaba –mediante la guerrilla en la que murió Otto René-
acabar con gobiernos militares y estamentos sociales de
derechas y corruptos, como el de Ydígoras Fuentes; y buscaba
con la mejor de las intenciones enaltecer (en la figura de
Bergaño) una Independencia con próceres de primera,
suponiendo que Bergaño era guatemalteco y que quería
derrocar al Capitán General, lo cual queda demostrado que era
todo lo contrario.

El tiempo pasa y todo cambia. Nada queda incólume. La
borrasca de los años puede convertir gigantes en enanos. A
próceres en delatores o a admirable figuras históricas en lo
opuesto, en cuyas vidas dramáticas vivimos un fragmento de
nuestras vidas que transcurre creyendo (con el magnífico poeta
Otto René Castillo y el no menos aeda Marco Antonio Flores)
en un sueño rojo -teñido con la voz de Marx- para salvar a la
patria de las derechas y de las falsas Independencias de la
América Central que se temía serían robadas por una nueva
burguesía medieval explotadora, con la mano de un nuevo
señor feudal.

En la próxima y última entrega sobre Simón Bergaño y
Villegas reproduzco y comento- ahora sí- finalmente (cómo

queda demostrada, de su puño y letra) la delación de don
Simón, supuesto prócer del 15 de septiembre en cuya
celebración nos encontramos.

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