El pasado 1° de Septiembre, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de los Estados Unidos Mexicanos, rindió su Sexto y último Informe de Gobierno, en el Zócalo capitalino, la más importante plaza del país. Durante dos horas hizo la glosa de un informe de 1,448 páginas, en el que se consignan transformaciones y logros sin precedentes en América Latina.
El espacio de esta columna es muy reducido para reseñar un informe tan extenso, pero intentaré resaltar los logros más relevantes en los ámbitos cultural, social, político, económico e institucional, con el manifiesto propósito de que los demócratas guatemaltecos, hombres y mujeres, abrevemos de esta rica experiencia lograda por el hermano Pueblo mexicano, bajo la conducción de un estadista excepcional, y avancemos en la reconstrucción de la Primavera Democrática que, en 1954, abortaron las fuerzas reaccionarias del país, con la intervención de los gobiernos de Estados Unidos, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.
Es muy importante reseñar que los logros de la Cuarta Transformación (4T) de México son fruto de un esfuerzo colectivo histórico, que inició con la Independencia (la Primera Transformación) que logró la emancipación de España y la abolición de la esclavitud. Luego vino una segunda transformación, la del movimiento de reforma, a mitad del siglo XIX, que encabezó un gran dirigente liberal, el indígena zapoteco Benito Juárez García. Luego se llevó a cabo una tercera transformación, a principios del siglo XX, la revolución mexicana de 1910. Se luchó por la democracia, porque se padecía de una dictadura, que se impuso durante 34 años.
La genialidad política de AMLO ha sido identificar y reseñar las más importantes gestas de la nación mexicana, para convencer a su Pueblo que la 4T era posible, y que es el contínuum de una indoblegable lucha popular que lleva siglos. Es decir, en cada hito histórico identificó los contenidos programáticos, los actores principales y las dificultades de la libre determinación de una mexicanidad que ni se doblega ni se somete.
Con ello, AMLO fortaleció lo que él llama la revolución de las conciencias de los mexicanos, reforzando la valoración de la cultura y la grandeza de una nación que gestó la primera gran revolución social del siglo XX. Conseguir que una ciudadanía explotada, engañada y vilipendiada por el neoliberalismo, tome conciencia de su historia de lucha y de su fuerza transformadora es un logro descomunal. Ese es el pilar central de la Cuarta Transformación.
El otro gran logro de la 4T es haber logrado articular un programa de lucha que, bajo las categorías gramscianas de lo nacional-popular, les permitió librar guerras de posición y comenzar a construir una hegemonía político-social de tal envergadura, que pudieron derrotar 36 años de conservadurismo, que AMLO denomina el neoporfirismo.
Este programa de lucha, comprensible y accesible para las masas, es denominado el humanismo mexicano por el presidente de México, teniendo entre sus ejes articuladores la lucha contra la corrupción, la austeridad republicana y la abolición de privilegios y canonjías. Promueve la justicia social y el bienestar, con una visión antineoliberal, así como una economía mixta, la soberanía energética y la responsabilidad social del Estado en la economía, separando el poder económico del político.
Lograr iniciar la transformación de las conciencias ciudadanas, y conseguir que el humanismo mexicano permeara las actividades políticas, sociales e institucionales de México ha sido una tarea titánica, en la que AMLO ha jugado un papel central, mediante sus discursos, ensayos, entrevistas y, principalmente, a través de las mañaneras, una conferencia de prensa diaria que, con millones de televidentes, ha mantenido de cara a los medios de comunicación y ante la nación, estableciendo la agenda política de cada día.
En el ámbito organizativo, la 4T logró construir un instrumento de lucha que, del centro a la periferia, les ha permitido en solo 10 años, conquistar el poder político en la ciudad de México (una de las más grandes del mundo) y en los Estados de la Unión. El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) fue el vehículo para que AMLO ganara la presidencia con más del 53% de los votos, y para que Claudia Sheinbaum fuera recientemente elegida como mandataria con 35.9 millones de votos, y para que recién alcanzaran mayoría calificada en las dos Cámaras del Congreso de la Unión, lo que les permitirá hacer profundas reformas constitucionales, incluida la reforma del Poder Judicial, para que Jueces y Magistrados sean electos popularmente, y no se sometan al poder económico.
En materia socioeconómica los logros son muchos y multidimensionales, imposibles de reseñar en esta columna, pero en su discurso AMLO destacó que salieron de la pobreza ocho millones de mexicanos y la desigualdad se redujo en 20 veces, el salario mínimo subió en más del 100% en términos reales, hubo restitución de tierras y agua a pueblos originarios, se otorgaron más de 100 millones de becas estudiantiles universales, se logró establecer uno de los mejores sistemas de salud del continente, se asignó pensión universal a todos los adultos mayores, y México ya es el país con el segundo lugar con menos desempleo, etc. Además, más de 700 mil familias recibieron créditos para vivienda.
En materia energética, la 4T rescató a Pemex, la empresa petrolera, nacionalizó las reservas de litio, construyó la enorme refinería de Dos Bocas, rehabilitó o finalizó otras 6 refinerías, lo que permitirá que México sea autosuficiente en la producción de gasolinas, diésel y turbosina este año, y los combustibles no aumentaron de precio real en el sexenio.
La economía mexicana escaló del puesto 16 al 12 en el orbe, se convirtió en el principal socio comercial de EE. UU. desplazando a China y a Canadá, y el peso es la moneda que más se ha fortalecido mundialmente frente al dólar.
Entre las megaobras construidas destaca el Tren Maya en la península de Yucatán, los aeropuertos internacionales de Tulum y Felipe Ángeles, así como el Corredor Interoceánico, generando miles de empleos y detonando la economía regional.
Antes de finalizar su informe, ante un Zócalo abarrotado por cientos de miles de ciudadanos, AMLO les consultó si estaban de acuerdo con la reforma constitucional para transformar al Poder Judicial, y recibió una ovación de apoyo.
En política internacional, México ha incrementado considerablemente su influencia, y AMLO es uno de los políticos más influyentes en América Latina, junto a los presidentes de Brasil y Colombia.
Como resultado de todo este esfuerzo ciudadano y gracias al talento y ejecutorias de AMLO, este es el segundo presidente con mayor aceptación social en el mundo. El presidente López Obrador transformó la forma de hacer política y le devolvió la dignidad al pueblo de México, sentando valores éticos con el ejemplo, demostrando que “el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás”.