Carlos Figueroa Ibarra
Hace más de medio siglo, Franz Fanon en “Los condenados de la tierra” deploró el doble estándar con el que se recibían las noticias de las víctimas de la sangrienta guerra de liberación nacional en Argelia. Los grandes medios de comunicación destacaban las muertes de civiles franceses como producto de los atentados terroristas propiciados por los rebeldes argelinos y callaban ante los miles de muertos argelinos que provocaban las tropas francesas de ocupación colonial.
Esto ha venido a mi mente como consecuencia de los perversos ataques terroristas ocurridos en París el viernes 13 de noviembre de 2015, los cuales dejaron un saldo terrible de 129 muertos y 352 heridos. Nuevamente, como sucedía durante la guerra de liberación nacional en Argelia, y como siempre ha sucedido, los medios impresos y televisivos han priorizado notablemente la noticia. Desde la tarde de ese día viernes y durante buena parte del sábado 14 de noviembre, CNN se dedicó a difundirla, los análisis que sobre ella se hacían así como entrevistas a testigos de la tragedia. Las redes sociales se pronunciaron ampliamente sobre los ataques terroristas a través de twitter y en general internet. Facebook puso a disposición de los usuarios un filtro con los colores de la bandera francesa para que los que así lo quisieran pudieran agregar dichos colores a la foto de su perfil. Y muchos lo hicieron en el clímax de la indignación y el duelo provocado. Por su historia y su cultura, Francia es un país particularmente amado en el mundo occidental y particularmente en América Latina. París ha sido una referencia para intelectuales y artistas, políticos y también, hay que decirlo, para dictadores que a menudo fueron afrancesados. Todo ello explica la indignación y tristeza que nos causaron los terroristas del Estado Islámico.
Y en medio de la cólera y la indignación, muy pocos recordaron que horas antes, el jueves 12 de noviembre, el infame Ejército Islámico de confesión sunita había perpetrado otros ataques terroristas en un barrio chiíta de Beirut, los cuales dejaron un saldo horrible de 43 muertos y 239 heridos. Pese a la magnitud del acto de terror, los acontecimientos de París lo dejaron en el olvido. CNN hizo alusiones marginales al asunto y por supuesto Facebook no puso a disposición de sus usuarios un filtro con los colores de la bandera de Líbano. Aunque de alguna manera se pudo hacer, porque he visto entre los miles de contactos que tengo en dicha red social, solamente a un amigo poner su fotografía con dichos colores.
Me hubiera gustado que el mundo hubiera tenido una reacción similar a la que han despertado los atentados en París, ante los 2 mil 310 muertos y 11 mil heridos palestinos en la Franja de Gaza cuando el Estado israelí la bombardeó inmisericordemente en julio y agosto de 2014. Israel practicó terrorismo de estado en Gaza. La ignominia del terrorismo del Ejército Islámico conmueve profundamente. Pero no olvidemos que el terrorismo no solamente está del otro lado.
Las potencias occidentales también lo están practicando.