Lo del agua está en todo. Está presente en dos escalas espaciales: las cuencas hidrográficas y los sistemas hidráulicos. Y en dos escalas temporales: la de los minutos y horas (eventos de inundaciones y deslaves) y la de los días, semanas, meses y años (planificación hidrológica para uso de recursos hídricos).
Por ello lo correcto e integrador es hablar del agua y no de recursos hídricos.
El agua impacta en todo lo que nos rodea, somos parte de su ciclo y ella es parte integral de nuestra existencia.
Mi amigo Luis me comentó que, hablando sobre los temas de Economía Azul que trabajamos en conjunto, le dijo esto a una persona importante: “dentro de unos días, mi amigo el Doctor del Agua, va a explicar cómo es que la destrucción del tramo en el Km. 44 Palín-Escuintla tiene todo que ver con los impactos que el ciclo del agua tiene en nuestro desarrollo económico y social”.
Eso hago ahora, para que lean y piensen ustedes qué hay detrás del derrumbe en ese punto de la autopista.
Todos hemos visto el conflicto político desatado y el ir y venir jurídico: ¡expresión pura de subdesarrollo, que solo provoca que todos perdamos!
Hablemos de lo importante. Trascendamos: ¿Cuál es la causa de todo esto?
Lo hemos leído y visto todos. El colapso del tramo carretero a mediados de junio 2024 sucedió por los impactos provocados por la fuerza mecánica del agua.
El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) indicó que el hundimiento fue causado por los drenajes pluviales tapados, la temporada histórica de lluvias registrada por Insivumeh y los suelos saturados en Escuintla.
El 17/6/2024, la Secretaria de Conred dijo: “Esto fue lo que pasó… el incendio del Volcán de Agua dejó desprotegida la tierra; un deslizamiento de agua sucedió el 11 de junio, que afectó la aldea La Periquita y que topó aquí en el kilómetro 44, tapando el transversal que desagua y provocando que no fluyó el agua”. El Ministro de CIV, por su parte, reflexionó: “Entre las lecciones aprendidas en Palín, Escuintla, es que las lluvias y los incendios son parte de un problema más grande, que requiere soluciones integrales… los fuegos del volcán provocaron daños a la cobertura boscosa aumentando los lahares”.
Cuando se habla de drenaje, se refiere al sistema hidráulico asociado a la carretera, el resto de los fenómenos se asocian a la hidrología de la cuenca.
El fin de semana del derrumbe en la autopista (15 y 16 de junio 2024) se anunciaba un giro centroamericano (CAG), esto es, una circulación ciclónica grande y cerrada que potencialmente genera lluvias excepcionales que provocan inundaciones catastróficas y grandes impactos sociales (Papin, 2017). Se registraron, de hecho, lluvias abundantes en la costa del Pacífico.
Para comprender el impacto de esas lluvias, como un aporte social de mi empresa Water Co. y de mi amigo Abel Solís, realizamos un breve análisis hidrológico territorial asociado a la microcuenca del zanjón Palina (la que causó el daño a la autopista). La diferencia de nivel del punto más alto al punto más bajo del cauce (donde cruza la autopista) es de 1,122 metros; ese cauce principal mide 5.6 Km y tiene una pendiente del 18%.
Una longitud de cauce extensa y una gran diferencia de altitud, en combinación con una pendiente pronunciada, refuerza la posibilidad de que se generen altas velocidades de flujo hídrico, lo cual puede exacerbar el problema de erosión, flujo súbito y aumentar el riesgo de deslizamientos, especialmente en zonas con suelos susceptibles a la inestabilidad, como el punto bajo la autopista.
Determinamos que el incendio forestal del Volcán de Agua, entre el 20 y el 29/02/2024, quemó aproximadamente 600 hectáreas de bosque (unos 850 campos de fútbol). Esto se hizo usando imágenes satelitales PlanetScope antes y después del incendio, y un “monitoreo dinámico multitemporal de NDVI”. Más detalles técnicos aquí: https://www.linkedin.com/posts/abel-estuardo-solis-arriola-192686222_firms-volcandeagua-guatemala-activity-7221618637042782210-5NAc/?utm_source=share&utm_medium=member_ios
La microcuenca zanjón Palina tiene una superficie de 341.6 hectáreas, cubierta principalmente por bosques y medios seminaturales (66.5%) y zona agrícola (29.8%). El incendio forestal en el volcán afectó la parte alta de la microcuenca, perdiéndose el 12% de la superficie de la cuenca cubierta con bosque (41 hectáreas quemadas, equivalente a unos 59 campos de fútbol).
Este fenómeno representó un riesgo elevado para la estabilidad de la cuenca, debido a la disminución de la acción protectora del bosque contra la erosión, la pérdida de capacidad de infiltración de las lluvias y el incremento significativo de la escorrentía superficial. Los flujos superficiales habituales podrían haberse duplicado o incluso triplicado, dependiendo de la severidad de las precipitaciones.
La presencia de escorrentías superficiales torrenciales también aumenta los procesos de erosión, deposición, arrastre de sedimentos, basuras, detritos vegetales, derrumbes e inundaciones súbitas. Los grandes fragmentos de árboles quemados, rocas, y otros desechos mencionados en los comunicados del CIV, podrían provenir directamente de las áreas afectadas por el incendio. La pérdida de cobertura vegetal aumenta la cantidad de material que puede ser arrastrado durante lluvias intensas, aumentando así la probabilidad de obstrucción en los sistemas de drenaje.
En definitiva, el incendio del Volcán de Agua y la lluvia intensa del fin de semana del colapso vial, fueron situaciones únicas y extremas que, combinadas, impactaron la capacidad de drenaje bajo la autopista en el Km 44 de Palín-Escuintla.
Todas estas hipótesis se basan en la información disponible, y una aseveración a detalle, requiere comprobaciones hidrológicas y modelación hidrológica e hidráulica local, lo que, en último caso, siempre debe realizarse para prevenir daños a la infraestructura vial.
Para más información y comprensión de la temática:
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