El presidente Bernardo Arévalo de León llegó al gobierno después de superar una grave crisis política y se intentó por la vía judicial, impedir su toma de posesión, como sed de venganza de grupos corruptos, que presionaron al Ministerio Público, para promover acciones revanchistas al no lograr su objetivo y hasta ahora el mandatario ha sido frenado por diputados corruptos que se reeligieron para bloquear cualquier proyecto que el mandatario ha pretendido realizar y que Guatemala, a nivel nacional e internacional, tenga una imagen de credibilidad, democracia y honradez.
El mandatario y su grupo de gobierno, con noveles ministros y funcionarios quiere imprimir en sus cuatro años de gestión, un programa de ayuda a todos los sectores del país, sin ver condición política, pero se ha estrellado con esa muralla de legisladores que no tienen clara consciencia que llegaron al cargo para servir al pueblo y no para hacer transas como ha sido en los últimos gobiernos y ahora se han enfrentado con Arévalo, que no accede a la exigencia de los malos representantes que en los regímenes de los últimos gobiernos recibían fabulosas sumas de dinero parea aprobar leyes y beneficiar a familiares en puestos en la administración pública.
La política de campaña de Arévalo, fue cero corrupción, pero pareciera que a algunos grupos esto no les ha parecido y se habían acostumbrado a tener esos privilegios, y se han asociado con jueces y la Fiscal General María Consuelo Porras, para frenar los programas del mandatario, que hasta hoy, está contra la espada y la pared y la férrea precipitación pluvial, vino a utilizar fondos que se tenían para programas sociales, especialmente en los ministerios de Comunicaciones y Salud Pública, entidad esta última, que hace milagros para resolver el bajo presupuesto que tiene la red hospitalaria.
Ha causado cierto grado de desconfianza e incluso de preocupación en algunos sectores de la población, que en menos de seis meses de gestión Arévalo, ha hecho 19 relevos en ministerios y en otros puestos clave de la administración pública, supuestamente para imprimir dinamismo a todo el engranaje de lo que es el Ejecutivo y ha logrado asociarse con las etnias indígenas que en el convulso proceso electoral, jugaron un papel importante y fue bastión para que se le resignara el cargo y hasta hoy, ha fracasado en sus intentos para lograr la renuncia o destitución de Porras en el Ministerio Público, funcionaria que tiene el apoyo de los diputados corruptos, quienes de promoverse una reforma a la Ley Orgánica del ente investigador, no la apoyarían, máximo ahora que se les quitó la seguridad de la PNC que representaba millones para el pago de los agentes, deterioro de las unidades policiales y el pago de combustible.