Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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El sábado 13 de julio de 2024, dentro del marco de la Feria Internacional del Libro en Guatemala Filgua, en el salón Marilena López, se realizó con gran éxito el conversatorio titulado: “Homenaje a los insignes escritores León Aguilera y María del Mar”, con la participación de la académica Carmen Matute, Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, y de mi persona.

Carmen Matute, quien prologó el libro de poemas “Apenas mi deseo” de María del Mar, fue quien inició el conversatorio, manifestando dentro de su excelente análisis literario, lo siguiente: “En Apenas mi deseo, sugestivo título de este libro póstumo que reúne diversos temas en doce cantos, encuentro ese ‘caracol donde resuena la música del mundo’, y el poder, el ejercicio espiritual, la visión, la confesión…

Descubro un vasto panorama sobre el mundo en que vivió María del Mar traducido a poesía, a canto, a música en el que aparecen las reflexiones sobre sí misma, y el cúmulo de su propia experiencia vital con sus amores, alegrías, tristezas y desolación…

Los bien logrados doce cantos de Apenas mi deseo conforman una larga e íntima confesión. Pero también encontramos temas como la guerra, la injusticia, la esperanza por un mundo mejor y el anhelo por la unidad humana. María del Mar es testigo de su tiempo, de su sociedad, tal como lo pregonaba Louis Aragon: La poesía es el espejo borroso de nuestra sociedad. Y cada poeta sopla sobre este espejo empañándolo con su aliento de diferentes maneras”.

La vida y obra literaria de León Aguilera estuvo a mi cargo, leyendo como parte del conversatorio mis impresiones sobre el libro “Memorias de un bardo”, exponiendo lo siguiente: “Presentar las Memorias de mi padre León Aguilera, es para mí loor a su sobresaliente trayectoria, un elogio a su gran personalidad, un tributo a su memoria; para él haber escrito este libro significó una de sus máximas culminaciones literarias, y para mí es un verdadero honor presentarlas públicamente, fue una tarea que me designó y que lo hace saber en estas históricas memorias relatando cuando ya estaban transcritas: ‘Estaba yo en mi estudio, leyendo un libro que me había obsequiado mi hijo Gabriel Edgardo, cuando María del Mar entró de súbito, llevaba en sus manos un sobre manila; me dijo que lo abriera, imaginé rápidamente lo que era, pero aún quería disfrutar de la buena sorpresa.

¡Sí!, lo que pensé: el puñado de hojas que contienen mis memorias, sentí una inmensa emoción, indescriptible. Las coloqué en el escritorio y las pulsé como para sentir su peso, era como si mi cerebro se hubiera trasladado a esos papeles, como si fueran una fotocopia en sepia de mis pensamientos, de mis vivencias, de mis crónicas de vida.

Un tiempo después hice llamar a mi hija Grecia Zuleika, y le dije que el libro aún tenía ciertas correcciones, más de forma que de contenido, que había anotaciones y recomendaciones que a última hora recordé. Se las entregué en sus manos para que cuando ella pudiese, a su discreción, las publicara y salieran a luz’.

El concepto del tiempo fue constante en su prosa lírica y en su poesía, fue uno de los temas en los que más profundizó. En una de sus magistrales piezas literarias en las que se refiere al tiempo escribe:

‘Corazón en el péndulo en que pende el instante,

el instante de oro, de obsidiana o cristal;

corazón en el péndulo en que pende el instante,

como Luna menguante de mi tiempo mortal.

Cómo pasa y no vuelve el instante en el péndulo,

de materia ligera, invisible y fugaz.

Cómo pasa y no vuelve el instante en el péndulo,

va rimando en sus arcos de la vida el pulsar…’

El laureado humanista, insigne literato, filósofo, y periodista ilustre León Aguilera, falleció en la Ciudad de Guatemala el domingo 13 de abril de 1997, rodeado de su amada esposa María del Mar, quien estuvo a su lado hasta el último día de su vida, sus queridos hijos, sus preciados nietos, distinguidas amistades, colegas, personalidades y admiradores de su legado literario”.

El evento finalizó expresando mi gratitud a la Feria Internacional del Libro en Guatemala Filgua, que como siempre tuvo un triunfo absoluto, por el espacio concedido para realizar el conversatorio dedicado a mis papás, y con la entrega de diplomas de honor y agradecimiento a las distinguidas personalidades que estuvieron presentes en tan magnífico conversatorio.

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