En los últimos meses, los guatemaltecos han experimentado un aumento significativo en los precios de los alimentos. Desde el mercado, las tiendas de barrio y los supermercados, los consumidores y comerciantes se enfrentan a una realidad cada vez más difícil. Según expertos, el alza de precios no solo afecta a las familias, sino que también repercute en los vendedores y pequeños empresarios que dependen de estos productos para subsistir.
Por ejemplo, Miriam Loarca, recorre los puestos de dos mercados en busca de los mejores precios para alimentar a su familia, de tres integrantes; sin embargo, en las últimas semanas, ha sentido el impacto del alza en los precios de los alimentos.
“Cada vez que voy al mercado los precios están más altos. La libra de papa o de tomate ahora cuesta Q10, cuando antes las conseguía a Q3 o Q4. Una yuca o un brócoli está a Q20, los pepinos que antes costaban Q1, ahora están a tres por Q10, o con suerte a dos por Q5, una “ramita” de cilantro cuesta entre Q3 y Q5, cuando antes costaba Q0.50. Es indignante. Estoy segura de que hay familias que solo pueden permitirse una comida al día”, lamenta Miriam.
Una situación similar enfrenta Marielos Montúfar, quien compra alimentos para cinco personas. «Antes, con Q225 podía comprar suficiente para la semana, pero ahora apenas me alcanza para pocos días. Todo ha subido de precio: verduras, carne, frutas y los granos básicos como el frijol. En mayo mi presupuesto semanal subió a Q300 y en junio a Q400», relata indignada.
Este escenario es confirmado por una vendedora de frutas y verduras del Mercado La Placita Sur 2, quien añade: «Estamos comprando a mayor precio, motivo por el cual no nos queda más que trasladar esos costos a los clientes. Esto no solo afecta nuestras ventas, sino que también golpea la economía familiar. No hay cosecha. La caja de tomate de 48 libras la comprábamos a Q320 ahora pagamos Q440, es decir Q120 más».
Mientras que en febrero, Karla compró en el supermercado una sandía y 16 onzas de mora por Q22, un brócoli por Q27, 8 onzas de arúgula orgánica por Q36.75 y 5 onzas de arándanos por Q34.95. En la primera semana de julio, el cartón de 30 huevos le costó Q49.50 en el supermercado.
Para Erick Coyoy, consultor del área económica de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), las causas del aumento de precios son multifactoriales, desde factores climáticos adversos hasta factores externos como la incertidumbre electoral en Estados Unidos y los problemas logísticos en el Canal de Panamá.
El director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB) Enrique Lacs, explica que durante febrero y marzo de 2024 se observó una caída en el índice de precios al consumidor, atribuida a la desaceleración de la inflación en los países proveedores de materias primas. Sin embargo, en las últimas semanas observaron problemas que están incrementando los costos para las empresas.
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POLLO NACIONAL E IMPORTADO SUBE DE PRECIO
En lo que va del año, las carnes de res y cerdo han mantenido sus precios estables. Sin embargo, el precio del pollo, tanto nacional como importado, ha experimentado aumentos notables, dice Edgar Méndez, presidente de la Gremial de Expendedores de Carnes.
«En marzo, el pollo nacional se vendía a Q12 por libra, pero en la primera semana de julio, el precio llegó a Q15. Por otro lado, el pollo importado comenzó el año a Q7 por libra y empezó a subir en mayo, alcanzando actualmente entre Q8 y Q10 por libra», menciona el presidente de la Gremial de Expendedores de Carnes.
Agrega que en Guatemala se consumen más de 85 millones de libras de pollo al mes, de las cuales más de 15 millones son de producción nacional y más de 60 millones son importadas. También explica que la caja de 40 libras de pollo importado de Estados Unidos tiene un costo de Q270, pero de estas libras, entre 4 y 6 corresponden a hielo, lo que significa una pérdida de peso efectivo y afecta el costo real del producto.
Además, dice que el aumento en el precio del pollo importado se debe a los incrementos realizados por los importadores sin ofrecer ninguna justificación. «En la última semana de junio, el aumento fue de Q5 por caja. En algunas ocasiones, los expendedores absorbemos estos costos, pero cuando el aumento es de Q15 o Q20, lo trasladamos al consumidor final. Día a día compramos el producto. Si hoy compramos caro, no podemos vender barato”, justifica Méndez.
PRODUCTOS QUE BAJARON DE PRECIO, SEGÚN EL INE
En junio de 2024, de los 437 productos analizados, 131 no registraron variación, 108 tuvieron una variación negativa y 198 una positiva, según los resultados del Índice de Precios al Consumidor, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La división de Alimentos fue la principal en incidir en estas variaciones, destacándose el tomate fresco (0.07%), las papas (0.06%) y la carne fresca de pollo (0.04%) en las incidencias positivas. Mientras que la gasolina (-0.13%), las tortillas (-0.05%) y las cebollas (-0.03%) registraron incidencias negativas, según el informe.
FACTORES CLIMÁTICOS Y GLOBALES
Erick Coyoy, consultor de ASIES, explica que aunque la inflación total parece estar baja, los alimentos han experimentado un severo incremento en este primer semestre del año. Considera que este fenómeno es generalizado a nivel internacional. “En países vecinos también se reporta un alza significativa en la inflación de alimentos, posiblemente debido a problemas climáticos. Por ejemplo, México ha enfrentado una prolongada sequía seguida de un invierno muy copioso que ha dañado los cultivos, y no se descarta que en Guatemala ocurra algo similar”.
Según el analista, «las personas de más bajos ingresos son las más afectadas, ya que destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo de alimentos», añade que la situación interna dependerá en gran medida de cómo la época lluviosa afecte la producción agrícola. Se ha pronosticado una temporada de lluvias muy severa para este año. Si se cumple lo previsto, seguramente seguiremos viendo precios altos de alimentos en lo que resta del año”.
Explica que a nivel internacional, factores como la incertidumbre electoral en Estados Unidos y los problemas logísticos en el Canal de Panamá también están influyendo en los costos de los productos importados. También menciona que la nueva metodología del Instituto Nacional de Estadística (INE) para calcular la canasta básica no fue adecuada desde el principio.
Además, dice que «los criterios utilizados por el INE ignoraron las necesidades nutricionales, enfocándose únicamente en el consumo de calorías. Esto resulta en una canasta básica que no refleja las necesidades alimenticias y nutricionales de la población guatemalteca, especialmente en las áreas rurales, donde el esfuerzo físico es más demandante y se requieren más proteínas y nutrientes», concluye Coyoy.
PROBLEMAS LOGÍSTICOS Y DE CARRETERAS
Enrique Lacs, director ejecutivo de la CGAB, menciona que, «durante febrero y marzo de 2024 se observó una caída en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), uno de los factores es atribuido a la desaceleración de la inflación en los países proveedores de materias primas. Esto ayudó a que parte de los precios se redujera localmente. Sin embargo, en las últimas siete semanas hemos enfrentado problemas que están incrementando los costos para las empresas».
Uno de los problemas es el retraso en la descarga de materias primas en los puertos, especialmente en Puerto Quetzal. «Por ejemplo, el fondeo de un barco que trae granos básicos puede durar de 10 a 20 días, y un barco cobra alrededor de US$15 mil diarios por estar fondeado», detalla Lacs. «Este retraso en la logística portuaria añade costos adicionales significativos a las empresas importadoras, impactando directamente en los precios finales de los productos.
Además, la congestión en las carreteras y el aumento de los costos de fletes están agravando la situación. Hemos tenido problemas de circulación y tráfico que, incluso sin el invierno, ya causaban retrasos. La escasez de choferes también ha generado un incremento en los costos logísticos». Añade que “la necesidad de reconfigurar las rutas de distribución para evitar estancamientos y largas esperas en las carreteras, en algunos casos, está sumando costos adicionales”.
Lacs también destaca que, aunque los ajustes de costos en la parte industrial se trasladan más lentamente a los consumidores debido a acuerdos con supermercados y centros de distribución, el impacto es inmediato en frutas y verduras. «Si un camión llega con nuevos precios a los mercados, esos aumentos se sienten de inmediato en productos como zanahorias y cebollas», afirma.
En junio último, un socavamiento en la autopista Palín-Escuintla, afectó una de las principales rutas de comercio del país, lo que llevó a que decenas de transportistas tuvieran que buscar otras rutas para llevar sus productos. De momento, autoridades estiman que la reparación podría tomar al menos un mes, aunque esto depende de condiciones como la lluvia.