Autor: Alejandro Solórzano
Biografía: Analista parlamentario, columnista, escritor y académico.
Redes sociales:
X: alejandroslrzn09
Durante la semana pasada y en el contexto político guatemalteco, la reunión a puertas cerradas entre el Presidente de la República, miembros de la junta directiva del Congreso de la República, y los jefes de bancadas, ha suscitado una serie de críticas; especialmente de parte de líderes de la oposición, netcenters y detractores. Esta situación reaviva el debate sobre la necesidad de transparencia y la forma en que se llevan a cabo estos encuentros de alto nivel.
Es comprensible que la exclusión de dispositivos móviles y la confidencialidad de las discusiones puedan generar suspicacias en un entorno político en el que la corrupción ha sido un problema persistente. Sin embargo, es crucial entender que ciertos acercamientos entre bancadas y organismos del Estado son esenciales para la gobernabilidad y, en algunos casos, estos encuentros no siempre pueden ser abiertos al público pero sí deben ser transparentes y comunicados a la población.
La necesidad de la confidencialidad
La gobernabilidad efectiva requiere un balance entre la transparencia y la confidencialidad. En momentos críticos, como la posible aprobación de un estado de calamidad, es fundamental que los líderes puedan discutir y deliberar sin distracciones ni filtraciones prematuras de información. La naturaleza delicada de estos temas a menudo demanda un espacio seguro en el que se puedan considerar todas las opciones y posibles implicaciones sin el temor a malentendidos o manipulaciones mediáticas. Todos estamos en al menos un grupo de alguna red social en el cual se puede hablar sin miedo a que sea filtrado, pues hay confianza.
La transparencia en el proceso
No obstante, la confidencialidad en las discusiones no debe ser sinónimo de opacidad en el proceso. Es perfectamente posible mantener la transparencia en las decisiones tomadas, proporcionando a la ciudadanía un resumen claro y detallado de los puntos discutidos y los acuerdos alcanzados. Esto ayuda a construir confianza y legitimar las acciones gubernamentales ante el público, asegurando que, aunque los detalles específicos no sean públicos, el proceso y los resultados sí lo sean.
Construcción de confianza
En Guatemala la percepción de corrupción y la impunidad de ciertos actores políticos han disminuido la confianza pública en las instituciones. Para contrarrestar esto, es vital que los líderes, tanto del gobierno como de la oposición, se comprometan a actuar con integridad y responsabilidad. La inclusión de medidas como la auditoría independiente de las decisiones y la participación de observadores imparciales es una vía para aumentar la transparencia y la confianza en estos procesos cerrados.
Gobernabilidad y cooperación
El objetivo final de estas reuniones es fortalecer la gobernabilidad y asegurar que las decisiones tomadas sean en beneficio del país. El trabajo entre diferentes bancadas y organismos del Estado es crucial para enfrentar los desafíos nacionales de manera efectiva. Es a través de este tipo de coaliciones que se puede lograr una administración pública coherente y capaz de responder a las necesidades de la población.
En conclusión, la necesidad de acercamientos entre diferentes sectores del gobierno es incuestionable. Aunque no todos los encuentros puedan ser abiertos al público, sí deben ser transparentes en términos de procesos y resultados. Es responsabilidad de los líderes garantizar que estas reuniones se realicen de manera que fortalezcan la gobernabilidad y la confianza pública, promoviendo siempre el bienestar y el desarrollo de la nación.