Foto AP / Gerald Herbert - Diseño La Hora / Alejandro Ramírez

Todos los imperios, a lo largo de la historia, llegan a desaparecer, sea por la incapacidad de sus dirigentes o por la actitud de la población; así lo demuestran numerosos casos que se pueden analizar en un repaso por lo que fue, en su momento, cada una de las grandes potencias. El colapso puede ser un proceso largo de deterioro o una explosión interna o externa que destruye todo el poderío que se alcanzó e impuso durante mucho tiempo.

Tras el debate presidencial de ayer en Estados Unidos es obligado preguntarse si esa gran potencia está ya entrando en esa etapa final de su influencia y poderío en el mundo entero; y es que los dos candidatos que se disputarán la presidencia en Noviembre de este año dieron una muestra de cuán patética es la situación política de ese país que tendrá que escoger entre un anciano que mostró sus falencias y otro que deja claro que como Presidente por segunda vez hará los caprichos que no pudo implementar en su primer mandato.

Biden se mostró incoherente y con serias dificultades para comunicarse no sólo con los moderadores y con su rival, sino con el electorado que estuvo pendiente del primer debate entre las dos figuras que, quiérase o no, representan ese patético desgaste en un país que se ve forzado a escoger como su líder entre esa tan raquítica oferta que representan esos dos candidatos. Los seguidores de Trump están felices de ver la debilidad de su contendiente sin reparar en lo que su líder puede significar para esa gran potencia que, desde su creación, mostró las ventajas y beneficios de una verdadera democracia.

A lo largo de la historia de Estados Unidos hay varios casos de gobernantes que no dieron la talla y que fracasaron en su gestión, pero siempre hubo una oportunidad de enderezar el camino cuando los partidos políticos asumían su responsabilidad postulando a los mejores que, al llegar, supieron cumplir con el desafío. Hoy en día es obvio que los demócratas y los republicanos no atinaron a realizar una selección pensando en el futuro de su país y por ello ese patético debate entre un líder caprichoso y mentiroso y otro deteriorado seriamente por el paso de los años.

Hay gente que ve con preocupación los esfuerzos de Vladimir Putin para conformar una nueva gran alianza, que incluye no solo a China y Corea del Norte sino a muchos otros países que empiezan a mostrar distancias con Estados Unidos, sobre todo luego del conflicto entre judíos y palestinos. Y es que Putin será el gran ganador de la elección norteamericana porque sabe cómo manejar a Trump o cómo lidiar con un presidente desgastado por la edad.

El futuro de Estados Unidos está en manos de los dos partidos políticos y de una población que parece no dar tanta importancia a los valores de la democracia.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorAutoridades Infom denuncia amenazas; poco se sabe
Artículo siguienteSAT anuncia rutas fiscales por socavón en la carretera cerca de frontera con El Salvador