Sequía prolongada, pérdida de cultivos, incendios forestales, encarecimiento de legumbres, verduras y artículos de la canasta básica; así como el inicio de poderosas tormentas y huracanes, inundaciones, destrucción de la red vial, son efectos que produce el Cambio Climático en Guatemala.
De acuerdo con la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna, comunidades de Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Alta y Baja Verapaz, Zacapa, Jalapa, Chiquimula, y Jutiapa, afrontarán inseguridad alimentaria; y en 15 departamentos (incluido el corredor seco), afrontarán crisis alimentaria. Estos efectos producen ya en Alta Verapaz pérdida de cultivos de granos básicos, lo cual afecta el gasto familiar. Producirá migración atípica de los habitantes de los territorios referidos.
El tardío inicio del invierno registrado en el 2024, canícula corta, los efectos del fenómeno del “Niño” asociados con temperaturas que alcanzaron los 43 grados con golpes de calor extremos reportados en algunas regiones del Norte y Oriente, culminaron durante la primera quincena de junio.
Actualmente, se inicia la fase del denominado “fenómeno de la Niña activa”, el cual –según proyecciones- se extenderá hasta febrero de 2025. Se pronostican lluvias intensas, inundaciones, huracanes –durante los meses de agosto y septiembre-. Esta fase del invierno producirá inesperados frentes fríos con cambios drásticos de temperatura durante el último trimestre del 2024 y enero del próximo año.
Ante la furia de los elementos es necesario que el gobierno central ejecute acciones preventivas de mitigación para que esos desastres afecten en menor grado a la población principalmente en el área rural, durante la segunda temporada del invierno. Entre esas acciones podemos mencionar medidas de evaluación, prevención, alerta temprana y respuesta en comunidades ubicadas en el denominado Corredor Seco, así como Huehuetenango, Alta y Baja Verapaz y otros territorios.
Poner a disposición de las poblaciones afectadas acceso a alimentos y programas de evaluación sobre situación nutricional, y rehabilitar medios de vida como forma de recuperación temprana, como acciones humanitarias que permitan la recuperación de suelos, aprovisionamiento de semillas e insumos agrícolas, riego por goteo y otras similares.
Por último, impulsar un sistema de alerta temprana y anticipación ante inundaciones y deslaves; creación de planes de reducción de desastres que protejan a la comunidad, identificar y monitorear zonas de riesgo por inundaciones y obras de mitigación.