Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

post author

Cada 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, en honor de las personas refugiadas y desplazadas forzosamente de sus hogares.  Esta celebración de instituyó en 2001 para celebrar el 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. El Día Mundial del Refugiado es un día internacional designado por las Naciones Unidas para honrar a las personas refugiadas y desplazadas alrededor del mundo. Se conmemora el 20 de junio de cada año para enaltecer la fuerza y ​​el coraje de las personas que han sido forzadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones. El Día Mundial del Refugiado es una ocasión para fomentar la comprensión y la empatía hacia las personas refugiadas y desplazadas en consideración de las difíciles circunstancias en las que se encuentran; asimismo, la fecha permite reconocer su capacidad de resiliencia en la reconstrucción de sus vidas.

Pero más allá de la conmemoración de este importante día, cabe recordar las miles de personas guatemaltecas que durante los últimos años, se han visto forzadas a salir del país producto de la persecución espuria y criminal que el Estado guatemalteco y en particular el Sistema de Justicia ha emprendido contra todas aquellas personas que lucharon a favor de la justicia, el desarrollo, la garantía plena de los derechos humanos, la democracia y la posibilidad de vivir en dignidad. Es fundamental reconocer que este país expulsa a millones de personas que, agobiadas por la pobreza y/o la violencia se ven forzadas a migrar en búsqueda de un mejor nivel de vida para ellos y sus familias. Pero durante los últimos años, hemos vuelto a ser testigos de una nueva ola de exilio o refugio político en el país, gracias al grave retroceso democrático y a la consolidación de un Estado autoritario.

En la actualidad, jóvenes estudiantes, personas defensoras de la tierra y el territorio, del acceso a la justicia por graves violaciones a los derechos humanos, magistradas, jueces y juezas, fiscales y auxiliares fiscales y periodistas, entre otros se encuentran sufriendo de esta condición de destierro forzado. Todos y todas valientes personas que han luchado y siguen luchando por alcanzar una sociedad guatemalteca distinta a la que hoy vivimos y en donde podamos vivir con dignidad y con plena garantía de los derechos humanos, para que cada una de estas personas valiosas puedan construir ese ideal.

La sociedad guatemalteca deseamos que más temprano que tarde, cada una de estas personas puedan regresar a su país y estar junto a sus familias, a sus amigos y amigas y logren reinsertarse a desarrollar sus labores de contribución a esta sociedad. A cada uno y una de ellas, decirles que les llevamos en el corazón y que haremos posible su consigna de “Nos verán volver” y que con ello podamos ir apreciando la transformación positiva de nuestra sociedad. De tal cuenta que, una exigencia sentida a este gobierno, es que realice todas las acciones a su alcance para propiciar que todas las personas refugiadas, retornen lo más pronto al seno de sus familias y de sus hogares.

Artículo anteriorGobierno de Arévalo es gran oportunidad para avanzar en democracia y derechos humanos
Artículo siguienteGestión política ante la realidad