Jóvenes por la Transparencia

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Linda Alay Medina. Trabajadora social.
Instagram: @lindamedina__ TikTok: @lindamedina_
Correo electrónico: linda.alay1@gmail.com

 

Recientemente, participé en una capacitación sobre la Política Nacional de Promoción y Desarrollo Integral de las Mujeres 2008-2023, también llamada por sus siglas PNPDIM. Al preguntar a un grupo de 60 personas cuántas habían oído hablar de esta política, descubrí que muchas no la conocían. Me pregunto, ¿cómo puede una política vigente durante 15 años ser tan poco conocida?

Esto podría deberse a varias razones, como la baja prioridad institucional para asignar recursos a su ejecución y cumplimiento, así como la falta de promoción adecuada. Pese a eso, no podemos negar que es necesaria una propuesta de Estado para darle solución  a las problemáticas derivadas de la gran brecha de género existente. Y ahora, en pleno 2024,  se está evaluando para actualizarla, por lo que es importante conocerla un poco más.

En Guatemala, el primer antecedente de una política enfocada en las mujeres es de 1990, y fue dirigida por la Oficina Nacional de la Mujer (ONAM) del Ministerio de Trabajo y Previsión Social. En 1997, la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP) y ONAM desarrollaron la política para el periodo 1999-2001. Posteriormente, la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) elaboró una tercera política para 2001-2006 y, finalmente, se reeditó la PNPDIM para el período 2008-2023. Ahora, 33 años después, se está actualizando esta política.

El proceso de construcción de la nueva política tiene cinco momentos clave. En un primer paso se planifica cómo será su estructura, las metodologías de ejecución, los criterios para su monitoreo y evaluación. Ahí se definen los cimientos. Luego, en un segundo paso, se presenta la propuesta metodológica, técnica y política a las instituciones de mujeres. Es importante que toda política  se construya con participación de las y los titulares de derechos. Este paso garantiza que la política aborde sus necesidades reales; al tener legitimidad y relevancia la hace más efectiva.

Un tercer paso es la formación de un Comité Consultivo, un equipo que aportará ideas frescas y perspectivas diversas. Después, en un cuarto paso, se recoge información y se realizan consultas a nivel nacional. Debemos reconocer que las políticas no se deben hacer desde un escritorio, sino escuchando a la población. Finalmente, un quinto paso es la revisión por las instituciones involucradas para su cumplimiento, asegurando que haya coordinación adecuada.

La evaluación está a cargo de la SEPREM, en colaboración con organizaciones de mujeres y feministas. Esta política es vital para cumplir con los compromisos nacionales e internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres. Su objetivo es promover el desarrollo integral de las mujeres mayas, garífunas, xinkas y mestizas en todas las áreas de la vida económica, social, política y cultural.

Por tanto, es necesaria la actualización de la PNPDIM para que haya mayor representación de las mujeres en los espacios de toma de decisión, para que se reconozcan las desigualdades que siguen persistentes en el trabajo, la educación y la justicia. Para que todas las personas, sin distinción de sexo, tengan igualdad de derechos, oportunidades y responsabilidades en el país.

No se trata de hacer un documento. Se trata de definir esfuerzos institucionales y colectivos que construyan una cultura de paz, igualdad y respeto. Esta actualización debe reflejar un compromiso como país para promover cambios reales y tangibles, que aseguren que cada mujer, sin importar su contexto, pueda vivir con dignidad, libertad y pleno acceso a sus derechos.

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