Por LUIS MANUEL GALEANO Y ESTEBAN FÉLIX
BONANZA / Agencia AP
Dos obreros más salieron poco tiempo después del accidente, ocurrido el jueves en la región noreste de Nicaragua, y los equipos de rescate mantienen el operativo para intentar hallar al menos a cuatro que continúan desaparecidos.
Después de pasar más de un día sepultado en vida, Díaz, de 32 años y minero desde hace apenas un año y medio, contó el sábado a The Associated Press su experiencia, el apoyo que se daban entre sí para mantener el ánimo alto, el frío que pasaron bajo tierra y cómo los fue invadiendo la sensación de hambre en la especie de cueva en la que se refugiaron tras el derrumbe.
«Nos habían advertido de los peligros pero se trata de ganar dinero. Nunca pensé que esto pudiera pasar», señaló feliz por volver a la superficie y mientras se recuperaba de lesiones menores en un brazo.
«Pensaba que era demasiado joven para morir y, sobre todo, pensaba en mis dos hijas», declaró.
La vocera del gobierno Rosario Murillo dijo a periodistas que «estamos dando gracias infinitas a Dios y a la Virgen por haber librado de una muerte casi segura a 20 hermanos trabajadores de las minas».
Añadió que el rescate se logró gracias al modelo de equipos de trabajo coordinado por las autoridades del gobierno nacional, el gobierno municipal y las familias de cada lugar. «En estos momentos estamos pendientes también de esos hermanos que no salieron», dijo Murillo y remarcó que continuará la búsqueda de los desaparecidos.
Después de grandes esfuerzos de los socorristas del Sistema Nacional de Prevención, Atención y Mitigación de Desastres, durante la noche del viernes fueron rescatados 20 de los 26 mineros atrapados en la mina de oro y plata del cerro El Comal en la población de Bonanza. Los hombres salieron caminando por sus propios medios mientras sus familiares y colegas los aclamaban.
Los mineros fueron atendidos por paramédicos y llevados al hospital de Bonanza, unos 420 kilómetros al noreste de Managua.
Cientos de familiares y otros mineros se habían congregado afuera de la mina para orar mientras los rescatistas colocaban escaleras de madera en un túnel que llevaba hasta donde estaban los mineros atrapados en una especie de cueva.
El viceministro del Interior, Carlos Najar, dijo que los mineros rescatados estaban un poco deshidratados pero con buenas condiciones de salud. «Alguno que otro tiene golpes, pero leves», añadió.
El minero rescatado Marvin Urbina, de 34 años, dijo que él y algunos de sus colegas vieron venir hacia ellos una avalancha de lodo y rocas. Se pegaron a las paredes de la mina en un túnel de seguridad donde los localizaron los rescatistas, pero al menos cuatro de sus compañeros fueron aplastados por el barro y las piedras.
La mina es operada por la firma Hemco. El portavoz de la compañía, Gregorio Downs, informó a AP que los mineros no son empleados de la empresa sino trabajadores por cuenta propia con los que mantiene una relación «de negocios». Eso significa que la empresa les permite buscar oro en los territorios que tiene concesionados, les da formación y les facilita al costo el equipo necesario para la excavación a cambio de que le vendan el oro encontrado.
Downs indicó que la empresa ya había alertado a los mineros del peligro de trabajar en El Comal, sobre todo después de que hace un mes murieran dos trabajadores en el mismo lugar debido a un alud tras el paso de una tormenta tropical que ablandó mucho la tierra.