Víctor Ferrigno F.

Jurista, analista político y periodista de opinión desde 1978, en Guatemala, El Salvador y México. Experiencia académica en las universidades Rafael Landívar y San Carlos de Guatemala; Universidad de El Salvador; Universidad Nacional Autónoma de México; Pontificia Universidad Católica del Perú; y Universidad de Utrecht, Países Bajos. Ensayista, traductor y editor. Especialista en Etno-desarrollo, Derecho Indígena y Litigio Estratégico. Experiencia laboral como funcionario de la ONU, consultor de organismos internacionales y nacionales, asesor de Pueblos Indígenas y organizaciones sociales, carpintero y agro-ecólogo. Apasionado por la vida, sobreviviente del conflicto armado, luchador por una Guatemala plurinacional, con justicia, democracia y equidad.

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Francesca Albanese, relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, declaró durante la presentación de su informe Anatomía de un genocidio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU: “Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo”.

El costo político de sus acciones militares en Gaza le ha costado a Israel un creciente aislamiento internacional, ha provocado la pérdida de apoyo de varios aliados, y ha generado airadas respuestas entre la población universitaria de Estados Unidos (EE. UU.) y otros países, incluyendo estudiantes, maestros, investigadores y empleados administrativos.

La creciente dimensión de dicho alzamiento presagia un tsunami sociopolítico, que podría catalizar el actual descontento ciudadano por la crisis económica, política y cultural del país del norte, pudiendo convertirse en un fenómeno tan intenso y profundo como las huelgas y marchas juveniles contra la guerra en Vietnam, a finales de la década de 1960, que tuvo su mayor intensidad en 1968, justo antes de las elecciones que los demócratas perdieron ante los republicanos, entronizando a Richard Nixon en el poder.

El alzamiento universitario en 1968 potencializó otros movimientos sociales en todo el mundo, frente a acciones de gran incidencia, extremo que no se descarta actualmente: a) Enero: ofensiva del Tet, un vasto ataque sorpresa de Vietnam del Norte y el Vietcong contra EE. UU. y sus aliados sur-vietnamitas. b) Abril: asesinato de Martin Luther King Jr, el dirigente pacifista, defensor de los derechos de los afroestadounidenses y premio Nobel de la Paz, es ultimado en Memphis, Tennessee. c) Mayo francés: ola de protestas estudiantiles y huelgas obreras contra el consumismo, el capitalismo, el imperialismo y el autoritarismo. d) Junio: asesinato de Robert F. Kennedy, el candidato a la presidencia de EE. UU., que abogaba contra la guerra en Vietnam es eliminado en Los Ángeles, California. e) Agosto: invasión soviética a Checoslovaquia, con apoyo de 3 aliados del Pacto de Varsovia, que entraron en Praga para aplastar un movimiento de liberación. f) Agosto: sangrientas protestas en la Convención Demócrata, celebrada en Chicago, donde miles de manifestantes fueron violentamente reprimidos por las fuerzas de seguridad. g) Octubre: masacre de Tlatelolco, donde el ejército de México disparó contra una concentración estudiantil que pedía reformas, dejando entre 300 y 400 muertos. h) Noviembre: elección de Richard Nixon, el candidato republicano que venció al demócrata Hubert Humphrey.

La violenta incursión de milicianos de Hamás en territorio israelí, el 7 de octubre de 2023 estremeció al mundo, que inicialmente se solidarizó con Israel, acción que supuestamente justifica la respuesta actual de Israel y la masacre que ya ha costado la vida a 35,000 civiles palestinos, la mayoría niños, crimen que ha sido condenado por la comunidad internacional, calificándolo como genocidio.

Sin embargo, tras meses de implacables bombardeos israelíes a población civil, la cifra de víctimas palestinas ha alcanzado una magnitud inimaginable hace seis meses, mientras la población gazatí vive al borde de la hambruna.

Lo que más ha indignado a los universitarios es la plausible alianza de Israel con Hamás. Durante su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid, en enero pasado, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declaró que: «Creemos que una solución de dos Estados debe ser impuesta desde el exterior para traer la paz. Aunque, insisto, Israel se reafirme en esa negativa (ante la creación de dos Estados) que, para impedirla, han llegado ellos mismos a crear el Hamás (…) Sí, Hamás ha sido financiado por el gobierno de Israel para intentar debilitar a la Autoridad Palestina de Fatah. Pero si no intervenimos fuertemente, la espiral de odio y de violencia seguirá generación tras generación, de funeral en funeral».

Al gobierno y a las autoridades universitarias de EE. UU. les preocupa la alianza entre universitarios y trabajadores que el movimiento a favor de Palestina ha forjado en calles y campamentos. El 15 de mayo pasado, el mayor sindicato de trabajadores académicos de Estados Unidos, (UAW 4811), votó a favor de autorizar una huelga en protesta por la represión al activismo propalestino en los campus de la Universidad de California.

El mayor sindicato académico, UAW 4811, representa a más de 48,000 trabajadores académicos, estudiantes de postgrado, postdoctorales e investigadores. El sindicato informó que unos 20,000 trabajadores participaron en la votación para autorizar la huelga en protesta por la severa represión de la universidad contra los estudiantes y trabajadores académicos que participaron en acampadas y protestas a favor de Palestina durante las últimas semanas. El sindicato UAW 4811 está dispuesto a ir a la huelga hasta que la universidad retire los cargos penales y las sanciones académicas contra los cientos de estudiantes y trabajadores que se solidarizaron con el pueblo palestino.

Con la autorización de la huelga, los trabajadores de la UAW 4811 están sentando el precedente que sus sindicatos son trincheras de lucha contra la explotación en sus lugares de trabajo, pero también contra los ataques del Estado a sus derechos democráticos. Esto está despertando la preocupación de las autoridades universitarias, como lo expresó un vocero de la Universidad de California en un comunicado: [el sistema universitario] “cree que una huelga sienta un precedente peligroso que introduciría cuestiones no laborales en los acuerdos laborales”.

La medida adoptada por los trabajadores de la UAW 4811 es un gran paso para unificar el movimiento obrero y el movimiento estudiantil en la lucha por Palestina. El sindicato ha expresado que la represión a quienes protestan contra el genocidio en Palestina y la complicidad de los Estados imperialistas y sus aliados, está sentando un peligroso precedente que puede obstaculizar nuestros futuros movimientos y luchas contra la explotación y la opresión.

Las protestas y acampadas están sacando a la luz los profundos lazos económicos que unen a Estados Unidos y a las demás potencias imperialistas con Israel, coalición que ha apoyado y financiado políticamente el proyecto colonial en Palestina durante 76 años, así como el asesinato de más de 35,000 palestinos desde el 7 de octubre de 2023. Esto ha provocado que los campamentos se hayan extendido por todo el mundo, desde Europa hasta América Latina.

Con las universidades y el Estado intensificando la represión, el movimiento está ante una encrucijada en la cual, para imponer sus demandas, es necesario forjar la unidad de la clase obrera y el movimiento estudiantil y, al hacerlo, ampliar el movimiento por Palestina y la libre determinación de los Pueblos.

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