Isabel Pinillos – Puente Migraciones
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En este espacio he expresado la importancia del voto “prestado” de los migrantes que contribuyeron al triunfo de Jimmy Morales a la Presidencia. Morales como candidato supo capitalizar los años de construir redes con una población a quien nadie volteaba a ver, deseosa de ser tomada en cuenta, de participar y de expresarse.

Para comprender la importancia de este sector, es necesario conocer el perfil del connacional que vive en Estados Unidos. Es alguien con espíritu emprendedor, decidido a arriesgarse para trabajar en el extranjero. Tiene la disciplina de enviar su remesa mensual e influye directamente en las decisiones familiares. Un gran porcentaje es indígena y proviene del Altiplano guatemalteco. Generalmente está dispuesto a aceptar más de un empleo y practica la austeridad, viviendo muy por debajo de sus posibilidades, con tal de ahorrar y enviar dinero a su pueblo. Su impacto se dirige no sólo a su familia sino también a su comunidad, lo cual se materializa con las construcciones modernas, electrodomésticos, y otros símbolos del norte que identifican a estas familias transnacionales. Inmerso en un país desarrollado democráticamente este individuo tiene deseos de participar y de ser escuchado por sus pares, y de no ser visto únicamente como una maquinita de hacer dinero.

Morales, el candidato, entendió este perfil y lo supo aprovechar para consolidar su posición con este sector. Ahora la pregunta es si el Presidente electo podrá mantener este capital político y cumplir con sus promesas de campaña: aumentar el número de consulados, un trato más individualizado, atención en idiomas mayas, planes de seguros, e impulsar la ley que les permita el voto.

Aunque el voto en el extranjero es una deuda pendiente, hay que comprender que para que este derecho sea viable en todo sentido, los guatemaltecos deben contar con el DPI y con el empadronamiento para ejercer el voto. Sin estos presupuestos, cualquier ofrecimiento es estéril. En el mes de agosto se inició la implementación del DPI en Estados Unidos. Sin embargo, únicamente se logró atender a 6 mil personas de las 20 mil que estaban proyectadas para esta primera fase. Aunque algunos puedan argumentar apatía por parte de los compatriotas, hay que recordar que por años se les comunicó que el DPI no era necesario en el extranjero, y que el pasaporte era suficiente. Es por ello que una estrategia de comunicación activa y efectiva es esencial para una implementación exitosa del DPI.

Recordemos que viene un año electoral en EE. UU., que vuelve a dividir a demócratas y republicanos en torno a la reforma migratoria. Paul Ryan, el recién electo presidente de la Cámara de Representantes, dijo en sus primeras horas en el cargo que mientras el presidente Obama siga en el poder no pasará la reforma migratoria. Lo crucial será saber si en el momento de una reforma migratoria, ¿tendrán nuestros connacionales los documentos necesarios para llenar los requisitos?

En esta etapa de transición, no faltará quien le diga a Jimmy Morales que en el contexto de un estado quebrado, los migrantes no son prioridad. Aunque difiero completamente de ese criterio, me parece que además de recursos, las promesas ofrecidas requieren de voluntad política y un nuevo giro en la filosofía de la atención consular. Así como Jimmy Morales utilizó las redes sociales para fortalecer su electorado, es ahora de actuar para cumplir con las promesas ofrecidas y mostrar un liderazgo a favor de este segmento de la población que por ahora, está adherido a Jimmy.

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