Zona con hogares dañados tras las fuertes inundaciones en la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán, el domingo 12 de mayo de 2024. (Foto AP)
Zona con hogares dañados tras las fuertes inundaciones en la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán, el domingo 12 de mayo de 2024. (Foto AP)

Cuando Abdul Ghani, un agricultor, se enteró de que devastadoras inundaciones habían azotado su aldea en el norte de Afganistán la semana pasada, se apresuró a regresar desde la provincia vecina de Kunduz donde estaba visitando a familiares. Al llegar a casa, descubrió que su esposa y tres hijos habían perecido en las aguas.

Dos de sus hijos sobrevivieron, pero otro, de 11 años, sigue desaparecido. “Ni siquiera pude encontrar el camino a mi aldea”, dijo, describiendo cómo tuvo que retroceder y tomar otro camino para llegar a su distrito de Nahrin en la provincia de Baghlan.

A lo largo de Baghlan, otros como Ghani y los sobrevivientes de la catástrofe aún buscan a sus familiares desaparecidos y el lunes enterraban a sus muertos.

“Carreteras, aldeas y tierras fueron arrasadas”, dijo Ghani. Su esposa, sus hijas de 7 y 9 años y un hijo de 4 años murieron.

“Mi vida se ha convertido en un desastre”, dijo por teléfono a The Associated Press.

La agencia de alimentos de la ONU estima que las lluvias estacionales inusualmente fuertes en Afganistán dejaron más de 300 personas muertas y miles de casas destruidas, la mayoría de ellas en Baghlan, que sufrió la peor parte de las inundaciones el viernes.

Los sobrevivientes se han quedado sin hogar, sin tierra y sin fuente de sustento, dijo el Programa Mundial de Alimentos (PMA). La mayor parte de Baghlan es “inaccesible por camiones”, afirmó el organismo de la ONU, añadiendo que está recurriendo a todas las alternativas que puede imaginar para llevar alimentos a los sobrevivientes.

 

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado sus condolencias a las víctimas, según un comunicado del domingo, añadiendo que el organismo mundial y las agencias de ayuda están trabajando con el gobierno dirigido por los talibanes para ayudar.

“Las Naciones Unidas y sus socios en Afganistán están coordinando con las autoridades de facto para evaluar rápidamente las necesidades y proporcionar asistencia de emergencia”, según el comunicado.

Los muertos incluyen 51 niños, según la UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, uno de varios grupos de ayuda internacionales que están enviando equipos de socorro, medicamentos, mantas y otros suministros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que entregó 7 toneladas de medicamentos y kits de emergencia a las áreas afectadas.

Mientras tanto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha estado distribuyendo paquetes de ayuda que incluyen refugios temporales, artículos esenciales no alimentarios, módulos solares, ropa y herramientas para reparaciones en sus refugios dañados.

En un desastre previo, al menos 70 personas murieron en abril debido a las fuertes lluvias e inundaciones repentinas en Afganistán. Las aguas también destruyeron unas 2.000 viviendas, tres mezquitas y cuatro escuelas en las provincias occidentales de Farah y Herat, y las provincias sureñas de Zabul y Kandahar.

 

 

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